ARTICULO DE INVESTIGACIÓN
Estrategias de regulación emocional cognitiva, miedo y enojo en niños guanajuatenses después del confinamiento por la pandemia de COVID-19
Verónica
Reyes Péreza,,
https://orcid.org/000000022312-8635
Raúl
José Alcázar
Olánb,
https://orcid.org/000000019439-6293
Carolina
Villada Rodrígueza
https://orcid.org/0000-0003-1071-2362
aUniversidad de Guanajuato, México
bUniversidad Iberoamericana Puebla, México
Autor corresponsal:
v.reyes@ugto.mx
Para citar
este artículo:
Reyes, V., Alcázar, R. J., & Villada, C. (2024). Estrategias de regulación emocional cognitiva, miedo y enojo en niños guanajuatenses después del confinamiento por la pandemia de COVID-19. Liberabit, 30(2), e816. https://doi.org/10.24265/liberabit.2024.v30n2.816
Antecedentes: la regulación emocional cognitiva tiene un gran impacto en la adaptación de los infantes
al entorno, motivo por lo que es
primordial su estudio. Las estrategias de regulación emocional desadaptativas pueden llegar a impedir que las personas alcancen las metas; mientras que las adaptativas apoyan
de manera efectiva las demandas del entorno, tal como las situaciones que les provocan
miedo a los niños y niñas, así como la intensidad del enojo. Objetivo: identificar las posibles relaciones entre el miedo, el enojo y las estrategias de regulación emocional
cognitiva consideradas desadaptativas
en niños y niñas de 6 a 12
años después de la pandemia de COVID-19. Método: se utilizó un muestreo no probabilístico,
la muestra fue de 300 infantes
entre 6 y 12 años del Estado de Guanajuato. Resultados: se encontraron correlaciones altas y positivas entre las estrategias de
reevaluación positiva y control del
enojo (r = .47**), rumiación y miedo a la violencia (r = .43**),
rumiación y miedo a la muerte
(r = .41**), reenfocarse en los planes y control del enojo (r =
.38**), autoculpa
y temperamento (r = .35**), y
autoculpa y enojo externo
(r = .34**); y correlaciones altas y negativas entre reevaluación positiva
y enojo externo
(r = -.41**). Conclusión: es necesario llevar a cabo acciones de intervención con la finalidad de capacitar a los infantes en la utilización de una mayor variedad de estrategias de regulación emocional
cognitiva, ya que ante el miedo utilizan más estrategias desadaptativas, siendo la rumiación la que se relaciona cuando se encuentran ante dichas situaciones, seguida de la autoculpa y, en menor medida, culpar a otros; estrategias adaptativas como reenfocarse en los planes y la reevaluación positiva
son poco utilizadas.
Palabras clave: regulación emocional cognitiva; infantes; miedo; enojo.
Background: The
cognitive emotional regulation has a high impact on infants’ adaptation to their environment, this is why is essential their study. The maladaptive
emotional regulation strategies can avoid achieve positive goals; whereas that adaptative emotional regulation has positive impact on the demands
of the environment, including situations where the kids experience fear or intense anger. Objective: This work has as objective identify the possible relation between fear, anger and cognitive emotional regulation strategies considered maladaptive in 6 to 12 years old children after
the pandemic COVID-19. Methods: The sample had
300 infants; age from 6 to 12, from Guanajuato state
(Mexico). Results: It was found a high correlation
positive between
Positive reappraisal and Anger
control (r = .47**), Rumination and Fear of the
Violence (r =
.43**), Rumination
and Fear of the dead
(r = .41**), Refocus
on planning and Anger control
(r = .38**), Self-blame
and Temperament (r
= .35**), Self-blame and Anger-out (r = .34**); and correlation high negative between Positive reappraisal and Anger-out (r = -.41**).
Conclusion:
It is necessary
to do some intervention where the children learn how- to use the most variety of cognitive emotional regulation strategies since they are using maladaptive strategies against the fear, like
rumination in first place
and followed by self-blame and blame to the
others as the less one; adaptative strategies as refocused on plans
and positive re-evaluation are bit used.
Keywords: Cognitive emotional regulation; children; fear; anger.
El proceso de socialización de niños y niñas está influenciado por diversos aspectos, como son las diferencias individuales de personalidad, las predisposiciones biológicas y la regulación emocional, entre
otras (Kaul et al., 2019).La regulación emocional tiene un gran impacto en la adaptación de los infantes
al entorno, es por ello por lo que resulta de primordial importancia su estudio (Sarmento-Henrique
et al., 2017).
Después de realizar
un metaanálisis, Veloso et al. (2018)
concluyeron que la regulación emocional es un proceso
en el cual se gestionan
las emociones que experimentan las personas, y cuyo principal
objetivo es la expresión
adecuada de las respuestas que se dan
ante las demandas ambientales; dicho proceso
contempla cuestiones como la activación emocional y la reacción de modulación, así como el qué, cómo y cuándo serán expresadas las emociones.
Por su parte, Orgilés et al. (2018) mencionan que estas estrategias de regulación emocional pueden definirse como procesos cognitivos conscientes
destinados a controlar y regular las
emociones que las personas consideran como amenazantes.
Por otro lado, Gross (2015) enfatiza que las respuestas emocionales no siguen un patrón fijo, por el contrario, es necesario que exista una flexibilidad que le permita a las personas una buena administración de las emociones, y son las estrategias de regulación emocional las que guiarán dichas respuestas. En ese mismo sentido, Rocha (2015) señala que la flexibilidad en las respuestas que se tienen ante una emoción apoya de manera efectiva la gestión de estas.
También se ha definido la regulación emocional como aquellos procesos intrínsecos y extrínsecos que son
los responsables de vigilar, evaluar y modificar las reacciones emocionales de las personas, lo anterior dado a que las emociones,
al ser intensas y temporales, pueden
llegar a impedir
que las personas alcancen
las metas que se han propuesto, y con ello responder
de manera adecuada a las demandas del entorno (Gross,
2015).
Otro aspecto para destacar es el impacto que tiene la regulación emocional sobre la adaptación al entorno durante los primeros años de vida de los infantes. Al respecto, se destaca la importancia de darles herramientas suficientes con el objetivo de que tengan una mejor calidad de vida (Sarmento-Henrique et al., 2017). Además, este proceso de regulación emocional se relaciona con los estados emocionales, esquemas cognitivos y estrategias conductuales dirigidas a una adaptación social y biológica.
A pesar de que existen
múltiples formas de regular las emociones, son los procesos
cognitivos los que ejercen un rol muy importante durante
el desarrollo de un episodio emocional (Garnefski
& Kraaij, 2007).
Domínguez y Medrano (2016) señalan
que algunos procesos cognitivos, como pueden ser la rumiación y la catastrofización,
pueden llegar a ser un aspecto que
influye en el aumento de la intensidad de los
estados emocionales displacenteros, teniendo el riesgo de que dicha intensidad no
disminuya, por el contrario, se
mantenga por un periodo considerable de tiempo.
Por otro lado, estrategias como la reinterpretación y focalización positivas
pueden contribuir en la disminución
de dicho estado displacentero y, en ocasiones, se puede llegar a cambiar
la valencia de la emoción
experimentada.
Existen diversas clasificaciones de las estrategias de regulación emocional. Freire y Tavares
(2011) las dividen
en dos: la primera es transformar la emoción y la segunda, reinterpretar la situación.
Batistoni et al.
(2013) las clasifican en reevaluación cognitiva, supresión emocional y redireccionar el enfoque Gondim et al.
(2015) mencionan como estrategias adaptativas las sifuientes:
modificación de la situación, reorientación de la atención, reevaluación positiva
de la situación y expresión
de las emociones; y en el rubro de
las desadaptativas menciona las siguientes:
impotencia, rumiación, abuso de sustancias y reacción impulsiva.
Algunas estrategias de regulación emocional
cognitiva como son la rumiación, la autoculpa, la catastrofización y el culpar a otros
(las cuales se pueden clasificar como desadaptativas) se han relacionado de manera significativa con altos niveles
de ansiedad y depresión tanto en población infantil (Orgilés et al., 2018;
Rydell et al., 2007) como adulta (Orgilés et
al., 2018). Además, Rydell et al. (2007) encontraron que una deficiente regulación del miedo
se relacionaba con problemas de diversa índole, sobre todo en el ámbito familiar. Es por ello
por lo que las estrategias
desadaptativas se consideran como un indicador de patología infantil
y es necesario considerar el uso de las adaptativas cuando se diseñen estrategias de prevención e intervención con infantes.
Andrés et al. (2017) señalan que los individuos desarrollarán su capacidad de autorregulación emocional en función de la demanda específica del contexto en el que se encuentren, así como
de los recursos disponibles según la etapa
de desarrollo. En la
infancia, p. ejemplo, las demandas de regulación emocional asociadas al contexto familiar no son las mismas que las demandas que se presentan
en el ámbito escolar; ya que en el
hogar los padres suelen brindar más
apoyo y como resultado, las demandas de
los infantes suelen ser menores, mientras que en la escuela hay menos apoyo y se espera que cuenten con mayor autonomía (Troy et al., 2010).
Entre las estrategias de regulación emocional más estudiadas
en los contextos educativos destacan la reevaluación cognitiva (modificar la evaluación de la situación para alterar su impacto
emocional; Gross, 2015),
la supresión de la expresión emocional (inhibir el curso expresivo de una emoción;
Gross, 2015) y la rumiación (dirigir
la atención hacia los propios sentimientos; Tull & Aldao, 2015).
El tipo de estrategias de regulación emocional cognitiva desarrolladas durante la infancia tendrá repercusiones en el estilo de afrontamiento cognitivo utilizado ante situaciones estresantes en la vida adolescente y adulta, donde este tipo de estrategias se han relacionado con la
presencia de psicopatología, es por ello la importancia del desarrollo de
estrategias de regulación emocional cognitiva adaptativas durante la infancia,
ya que puede tener un importante efecto protector y reducir el riesgo de
trastornos futuros en la vida de las personas (Orgilés
et al., 2018).
Diversos autores han mencionado que una regulación emocional eficaz de
emociones negativas se encuentra relacionada con un funcionamiento social
efectivo y adecuado (Eisenberg, 2000; Kring & Sloan, 2010 citado en Andrés et al., 2017); por
lo cual es posible señalar que una regulación emocional adecuada de dichas
emociones se asocia con mejores relaciones sociales, menos conductas sociales
inadecuadas y una menor propensión al desarrollo de trastornos psicológicos
(Andrés et al., 2017).
A resultados similares llegaron Orgilés et al.
(2018), quienes concluyeron que las estrategias de regulación emocional
desadaptativas se relacionan con síntomas de depresión, trastornos de ansiedad,
trastorno límite de personalidad, trastornos alimentarios, abuso de sustancias,
trastorno de hiperactividad por déficit de atención, y trastorno bipolar. Al
realizar estudios longitudinales, los autores señalan que la regulación de las
emociones no se relaciona con síntomas de trastornos mentales como la
depresión, los trastornos de ansiedad, el trastorno límite de personalidad, los
trastornos alimentarios o la dependencia del alcohol.
En ese mismo sentido, Domínguez y Medrano (2016) señalaban que gran parte
del desarrollo de procesos psicopatológicos pueden explicarse en la utilización
de estrategias de regulación emocional desadaptativas, las cuales no suelen ser
efectivas al momento de gestionar de la mejor manera las situaciones que se les
presentan a las personas.
Por su parte, Garnefski y Kraaij
(2007) destacan el papel de los procesos cognitivos implicados durante un
episodio emocional. Por tal motivo, plantean que algunos procesos cognitivos,
tales como la rumiación y la catastrofización, pueden
contribuir a que el estado emocional displacentero aumente y se perpetúe,
mientras que otras estrategias como la reinterpretación o la focalización
positiva pueden disminuir dicho estado displacentero e incluso, en algunas
ocasiones pueden llegar a modificar la valencia de la emoción.
Con base a lo anteriormente
expuesto, el objetivo del presente trabajo fue identificar las posibles
relaciones entre el miedo, enojo y estrategias de regulación emocional
cognitiva consideradas desadaptativas en niños y niñas de 6 a 12 años después
de la pandemia de COVID 19, ya que el regreso a las clases presenciales después
de dos años de confinamiento pudo haber apoyado el incremento en las emociones
negativas. Las hipótesis son las siguientes: (1) las estrategias de regulación
emocional cognitiva desadaptativas (autoculpa, rumiación y culpar a otros) se
correlacionan de manera alta a media positiva con el miedo y el enojo en los
infantes guanajuatenses, (2) las estrategias de regulación emocional cognitiva
adaptativas (reenfocarse en los planes y reevaluación positiva) se
correlacionan de forma media a baja con los factores de miedo en los infantes
guanajuatenses, (3) las estrategias de regulación emocional cognitiva
adaptativas (reenfocarse en los planes y reevaluación positiva) se
correlacionan de forma media y baja negativamente con los factores de enojo
estado, temperamento y enojo externo y (4) las estrategias de regulación
emocional cognitiva adaptativas (reenfocarse en los planes y reevaluación
positiva) se correlacionan de manera alta con el factor de control de enojo.
Método
Diseño
El diseño del presente estudio fue con un enfoque cuantitativo, de tipo
correlacional, no experimental y transversal, con múltiples variables
continuas, por lo anterior no hubo manipulación de variables.
Participantes
Se llevó a cabo un muestreo no probabilístico, la muestra final quedó
constituida por 300 participantes, 50% niñas y 50% niños, con un rango de edad
entre 6 y 12 años (M = 9.94; DE = 1.06). Cabe señalar que el .7% de ellos
cursaban el primer año de educación primaria; el 3.3%, el segundo año; el 14%,
el tercer año; el 20.9%, el cuarto año; el 43.2% el quinto grado; y el 17.9% el
sexto grado. Asimismo, todos cursaban sus estudios en escuelas públicas en el
Estado de Guanajuato (México).
Instrumentos
Para el presente trabajo, se utilizaron los siguientes instrumentos:
Cognitive Emotion Regulation
Questionnaire kids (CERQ-k;
Garnefski et al., 2007). Se aplicó la escala validada para población infantil mexicana, donde se
obtuvo validez de constructo por Reyes-Pérez et al. (2021). Se encuentra
constituida por un total de 19 reactivos, con las siguientes opciones de
respuesta: 1 = casi nunca, 2 = a veces, 3 = regularmente, 4 = frecuentemente y
5 = casi siempre. El mayor puntaje indica mayor presencia del constructo
evaluado. La escala se compone de cinco factores: autoculpa (α = .82, p. ej.,
«Pienso que es mi culpa»), rumiación (α = .76, p. ej., «Una y otra vez pienso
en cómo me siento»), culpar a otros (α = .79, p. ej., «Pienso que los otros son
los culpables»), reenfocarse en los planes (α = .73, p. ej., «Pienso cómo
podría enfrentar el problema») y reevaluación positiva (α = .72, p. ej.,
«Pienso en algo agradable y no sobre lo que pasó»).
Escala
de Intensidad del Miedo en Niños y Adolescentes (Reyes & Sierra, 2014). Validada para población mexicana, compuesta por
42 reactivos, con una escala de respuesta tipo Likert de cuatro puntos (1 =
nada; hasta 4 = mucho); mayor puntaje indica mayor miedo. La escala tiene un
alfa de Cronbach de .93, y está constituida por nueve fatores:
miedo a la violencia (α = .87, p. ej., «Que te asalten»), miedo a los animales
(α = .75, p. ej., «A las arañas»), miedosmédicos (α
=.74, p. ej., «A las inyecciones»), miedos sociales (α = .74, p. ej., «Quedarse
sin amigos»), miedo a lo desconocido (α = 74, p. ej., «A los fantasmas»), miedo
a la violencia doméstica (α = .73, p. ej., «Que te peguen tus papás»), miedo a
estar solo (α = .71, p. ej., «Quedarte solo»), miedos escolares (α = .70, p.
ej., «Que te pregunten en clase») y miedo a la muerte (α = .70, p. ej., «Perder
a mi familia»).
Inventario de enojo para infantes mexicanos (Alcázar-Olán et al., 2012). Validado
para población mexicana, con base en el modelo estado-rasgo. Compuesto por 30
reactivos agrupados en cuatro factores: (1) enojo estado (α = .76, p. ej.,
«Estoy molesto»), (2) temperamento-rasgo (α = .76, p. ej., «Me enojo
fácilmente»), (3) enojo-externo (α = .73, p. ej., «Me peleo con quien me hizo
enojar») y (4) control del enojo (α = .88, p. ej., «Cuando me enojo, intento
relajarme»). Con opciones de respuesta que van de 1 = casi nunca a 3 = casi
siempre.
Una vez que la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado de Guanajuato
autorizó el regreso
a clases presenciales, este fue de manera escalonada. Considerando lo anterior, se procedió a solicitar a las autoridades de las escuelas una cita para
explicarles el objetivo del estudio,
posteriormente, se realizaron sesiones informativas con los padres
y las madres de familia con la finalidad de informales los pormenores de la investigación
y solicitar su firma en un consentimiento informado.
Se conformó una lista de participantes, cuyos padres firmaron el consentimiento informado, en donde se exponía,
entre otras cosas, que sería un estudio anónimo
y confidencial y que la información sería utilizada única y exclusivamente
con fines de investigación; así
mismo, se les informó que se les entregaría a las autoridades de las instituciones educativas un reporte general de los resultados.
Con dicha lista
se programó el levantamiento de información, para lo cual se capacitó a encuestadores,
quienes de forma personal aplicaron
de manera personalizada los tres instrumentos. Es
importante mencionar que se les dio la instrucción a los encuestadores que cambiaran el orden de aplicación de los instrumentos para que no siempre
la misma escala fuera
contestada al final de la aplicación.
Las escalas fueron subidas a la plataforma de Google Forms de
manera independiente, el encuestador
solicitaba el consentimiento informado a las madres, padres o tutores de los infantes.
Posteriormente, se comenzaba con la
aplicación de las escalas. Con la finalidad de conformar una base de datos general,
se optó por solicitar
al inicio de cada escala un nickname (sobrenombre), su fecha de cumpleaños (sin año) y el nombre de su mascota o animal favorito, con estos datos se procedió posteriormente a unir las respuestas en una hoja de cálculo de Excel para, posteriormente, trasladarla al programa Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 22.
Es importante mencionar que se hizo entrega a las escuelas de un reporte general de los resultados
y se les proporcionaron los datos de la Unidad de Atención a la Salud de la universidad a donde podían
dirigirse para solicitar que se incluyera su centro educativo
en la lista de escenarios para que los estudiantes de la Licenciatura en Psicología
realizarán prácticas supervisadas.
El procedimiento de análisis consistió en evaluar la normalidad de las variables a
través de la prueba de Kolmogorov-Smirnov, donde valores
p
< .05 indican
que la distribución es no normal (Field, 2009, p. 144). En función de los resultados de esta prueba se eligió
el tipo de correlación que se usaría (Spearman, en caso de ser distribuciones no normales).
Las magnitudes de las correlaciones
no se evaluaron
con el criterio tradicional de Cohen (1988,
En la Tabla 1 se presentan las correlaciones en las estrategias de regulación emocional cognitiva que evalúa
el CERQ-k con los factores de la escala de
intensidad del miedo en niños y adolescentes.
Tabla 1
Correlaciones entre CERQ-K y escala intensidad del miedo en niños y adolescentes
Nota: *p < .05; **p < .01
Se encontraron correlaciones positivas y altas (Hemphill, 2003, p. 78) entre las estrategias de regulación emocional cognitiva de rumiación y miedo a la violencia (r = .43**), además de rumiación y
miedo a la muerte (r = .41**).
Por otro lado, se encontraron
correlaciones positivas y medias entre rumiación y miedos sociales
(r = .26**), autoculpa
y miedos en la escuela (r = .25**), reevaluación positiva y miedo a la muerte (r = .25**), reenfocarse en los
planes y miedo a la muerte (r =
.23**), reevaluación positiva y miedo a la violencia (r = .23**), rumiación y miedo a la violencia doméstica (r = .20**),
así como en culpar a otros y miedo en la escuela
(r =.20**).
En la Tabla 2 se muestran los resultados
encontrados entre los factores que conforman el CERQ-k y el inventario de enojo para infantes mexicanos.
Tabla 2
Correlaciones entre el CERQ-K y el inventario de enojo para infantes mexicanos
Nota: *p < .05; **p < .01
En el caso de las escalas que miden la regulación emocional cognitiva y el enojo en
población infantil mexicana se
encontraron correlaciones positivas y altas en reevaluación positiva y control
del enojo (r =
En la Tabla 3 se presentan los resultados obtenidos entre la escala intensidad del miedo en niños y adolescentes
y el inventario de enojo para
infantes mexicanos.
Tabla 3
Correlaciones
entre la escala de la intensidad del miedo en niños y el inventario de enojos
para infantes mexicanos
Nota: * p < .05; ** P < .01
Se observó correlación alta y positiva
entre miedo en la
escuela y temperamento (r = .35**). Asimismo,
se observaron correlaciones medias y positivas entre miedo en la
escuela y enojo externo (r = .28**), miedo a la violencia y control del enojo (r = .27**) y miedo
en la escuela y enojo estado (r =
.25**). Por último, se observó
correlación media y negativa entre miedo
en la escuela y control
del enojo (r =
-.20**).
El objetivo de este estudio
fue explorar las relaciones
entre estrategias de regulación emocional negativa (adaptativas y desadaptativas) y las emociones de miedo y enojo percibido por niños y
niñas de 6 a 12 años que residen en
el Estado de Guanajuato. Al respecto, se encontraron correlaciones entre las estrategias de regulación emocional
cognitiva desadaptativas: rumiación y autoculpa con los factores de miedo a la violencia, miedo a la
muerte y miedos en la escuela; y las
estrategias de autoculpa con temperamento y enojo externo.
En cuanto a las estrategias adaptativas, en el caso de los factores
que evalúan la intensidad del miedo, se encontró correlación
entre reevaluación positiva y miedo a la violencia;
mientras que, en caso del enojo, tanto la reevaluación positiva como reenfocarse en los planes
se correlacionó con el control de enojo de manera positiva y de forma negativa con el enojo externo y el temperamento.
En lo que respecta a las hipótesis planteadas, la H1 se comprobó en el caso de las estrategias desadaptativas de rumiación, autoculpa y
culpar a otros, se comprobó con
algunos de los miedos a la violencia, miedos sociales, miedo a la violencia doméstica, miedos en la escuela y miedo a la muerte.
En el caso del enojo, se encontraron correlaciones de altas a medias con enojo estado, temperamento y enojo externo. En cuanto a la H2, sobre las
estrategias adaptativas de reenfocarse en los planes y reevaluación positiva con los factores que evalúan la intensidad del miedo se encontraron correlaciones con miedo a la muerte y miedo a la violencia,
principalmente. En el caso de la H3, se encontraron correlaciones principalmente bajas
y negativas entre
las dos estrategias de regulación emocional adaptativas y los factores
de enojo estado,
temperamento y enojo
control. Finalmente, en cuanto a la H4, se encontraron correlaciones altas y positivas entre las estrategias de regulación
emocional adaptativas y el control del enojo.
Si consideramos que una deficiente regulación de las emociones negativas, tales como el miedo y enojo, se llega a asociar con problemas como la
ansiedad social, dicha situación
puede tener como consecuencia que los infantes presenten problemas en
su proceso de socialización y, con ello, no
puedan desarrollarse de manera apropiada para responder a las necesidades y demandas de su entorno
(Rydell et al., 2007).
Emociones negativas como el miedo, la envidia, el enojo y la tristeza llegan a influir en el juicio y toma de decisiones, ya que se puede evaluar
la situación como confusa y, con
ello, aumentar el grado de incertidumbre en los niños y niñas, además de atribuirles
el control a circunstancias externas no identificables,
cediendo de esta manera el control de la situación,
dejando a infantes en
estado de indefensión (Michelini & Godoy, 2019; Reyes & Reidl, 2015).
Dicho estado se encuentra asociado de manera importante con trastornos de ansiedad y depresión (Todd et al., 2015).
En el caso de los resultados reportados por la muestra se encontró
que factores como el miedo a la violencia (que te asalten, que te
secuestren, a las balaceras, a las
pistolas, etc.) y miedo a la muerte (perder
a mi familia, la muerte de un familiar, el secuestro
de un familiar, etc.), se correlacionan de manera alta con la estrategia de rumiación, la cual es una estrategia de regulación
emocional desadaptativa, y su uso frecuente, por
parte de los infantes, puede aumentar el riesgo de enfocarse únicamente en lo negativo de la situación
y con ello no realizar acciones para
resolverla o buscar una perspectiva
diferente. Además, al no disminuir la intensidad
del miedo y mantener de manera constante
una alta intensidad, este se puede transformar en ansiedad (Marina, 2006), lo cual en un momento dado puede
llegar a incapacitar a los niños y niñas, afectando
su desarrollo tanto social como emocional.
La rumiación, autoculpa
y culpar a otros se correlacionaron
de manera media con los miedos en la escuela
(que me pregunten en clase, que se burlen
de mí en la escuela,
etc.), miedos sociales
(quedarme sin amigos,
perder a mis amigos) y miedo a la violencia doméstica (que me peguen mis papás, que
se peleen mis papás),
resultados similares encontraron Watkins y Roberts (2020) en su investigación con niños norteamericanos.
De manera general, las estrategias adaptativas: reenfocarse en los planes y reevaluación positiva, obtuvieron correlaciones de medias a
bajas, lo cual es un indicativo de que los infantes sí llegan a utilizar este tipo de estrategias, quizás no de
manera regular para resolver
las situaciones que les pueden
provocar miedo, pero sí las están utilizando; es por ello que se hace
necesario llevar a cabo talleres en donde se les enseñe a los niños y niñas cómo pueden utilizar
otras estrategias de
regulación emocional para resolver dichas
situaciones y con ello evitar, en la medida de
lo posible, desarrollar problemas de ansiedad e incluso fobias, como lo mencionan Rodríguez-Menchón et al (2021).
En el caso del enojo, se puede observar que el control del enojo se relaciona de manera media con las estrategias adaptativas (reenfocarse en los planes y reevaluación positiva), lo cual podría sugerir que a una mayor utilización de estrategias de
este tipo los infantes que son capaces
de controlar su enojo utilizan más las estrategias de regulación emocional cognitiva adaptativas. Cabe mencionar que se encontraron relaciones bajas entre temperamento y rumiación (estrategias desadaptativas) y entre enojo
externo y revaluación positiva (esta
relación fue negativa). La primera nos indica de manera
moderada que los niños que reportan enojarse de manera continua
tienden a rumiar la situación, este resultado es necesario considerarlo
de manera prudente; ya que la relación baja
nos indica que lo hacen de manera esporádica,
pero, finalmente, lo hacen y se tiene que tomar las medidas necesarias para que esta
asociación no se convierta regular y aumente.
Por último, las correlaciones entre
los factores de miedo y el enojo nos muestran
que, si bien durante la pandemia el tema de la muerte
estuvo muy presente,
los infantes pudieron controlar el enojo que sentían ante estas situaciones.El acudir al médico
pasó a formar parte de las actividades
que se llevaban a cabo de manera
regular durante la pandemia, por lo que los niños
y niñas reportaron una relación entre el sentir un enojo constante y tener que acudir a las citas médicas
(Martins et al., 2021; Quero et al., 2021).
Es necesario señalar que el tipo de estrategias de regulación emocional cognitiva desarrolladas durante la infancia tendrá repercusiones en el estilo de afrontamiento cognitivo utilizado ante
situaciones estresantes en la vida
adolescente y adulta, donde este tipo
de estrategias se han relacionado con la presencia
de psicopatología, tales como los trastornes de ansiedad y depresión, es por ello que el desarrollo de estrategias de regulación emocional
cognitiva adaptativas durante
la infancia puede tener un importante
efecto protector y reducir el riesgo de trastornos futuros
(Orgilés et al., 2018).
De acuerdo con lo anterior, Andrés et al. (2017) señalan que una regulación emocional
eficaz se encuentra
asociada a un funcionamiento social efectivo
y adecuado. En este sentido Gross (2015) y Kaul
et al. (2019) mencionan que una regulación emocional
adecuada de las emociones negativas se asocia con mejores relaciones sociales, menos conductas sociales inadecuadas y menor
propensión al desarrollo de trastornos psicológicos.
A resultados similares
llegaron Orgilés et al. (2018) quienes concluyeron que los
déficits en la regulación de las emociones
están relacionados transversalmente con síntomas
de depresión, trastornos de ansiedad, trastorno límite de personalidad, trastornos alimentarios, abuso de sustancias, trastorno de hiperactividad
por déficit de atención,
y trastorno bipolar. Los estudios longitudinales aportan pruebas de que los déficits en la
regulación de las emociones no son solo síntomas de trastornos mentales, sino que son el riesgo más probable y factores de mantenimiento para problemas de salud mental como depresión, trastornos de ansiedad,
trastorno límite de personalidad, trastornos alimentarios o dependencia del alcohol.
La existencia de fallas en estos procesos
de regulación emocional
explicaría en parte la aparición
y el mantenimiento de diferentes trastornos mentales y físicos. Gran parte del desarrollo de procesos psicopatológicos puede explicarse sobre la
base de déficits en la implementación de estrategias efectivas de
regulación emocional (Domínguez & Medrano,
2016).
Es necesario llevar a cabo acciones de intervención con la finalidad
de capacitar a los infantes en la utilización de una mayor
variedad de estrategias de regulación
emocional, ya que ante situaciones que les provocan
miedo utilizan más estrategias desadaptativas, siendo la rumiación la que se relaciona
cuando se les presentan dichas situaciones, seguida de la autoculpa y en menor medida
culpar a otros; estrategias adaptativas como
reenfocarse en los planes y la reevaluación positiva son poco utilizadas. Es necesario
considerar que la principal función
del miedo es la adaptación, pero cuando
su intensidad es alta y constante, se corre el
riesgo de que esta se pierda, y los miedos evolucionen a ansiedad e incluso en fobia, lo cual
incapacitaría a las personas
y se vería afectada su calidad de vida.
El presente estudio tiene como limitación contar con una muestra no representativa de los niños y niñas del Estado de Guanajuato en México, así como limitarse
a incluir únicamente dos emociones negativas
primarias: miedo y enojo. Es necesario llevar a cabo nuevas investigaciones que incluyan tanto un número
mayor de emociones negativas, tales como celos, envidia, culpa, vergüenza, etc., así como la impartición de talleres que apoyen a los infantes a
ampliar sus estrategias de regulación
emocional cognitiva, y llevar a cabo mediciones, antes de la intervención, así como después
de ella.
Los autores no tienen conflicto
de intereses.
En todo el proceso del estudio se tomaron en cuenta los principios éticos y la salvaguarda del bienestar
de los participantes. Se respetó la participación voluntaria y anónima de los asegurados, a quiénes se les entregó una carta de
consentimiento informado donde indicamos el compromiso de confidencialidad del estudio realizado.
VRP: elaboración, redacción y revisión
del manuscrito.
JMRC: elaboración, redacción y revisión del manuscrito.
CVR: elaboración, redacción y revisión
del manuscrito.
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Recibido: 11 de marzo de 2024
Aceptado: 09 de agosto de 2024
Este es un artículo Open Access publicado bajo la licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional. (CC-BY 4.0)