https://doi.org/10.24265/liberabit.2024.v30n1.779
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Rasgos de personalidad y estrategias cognitivas de regulación emocional en estudiantes universitarios
Camila Ariasa,*
https://orcid.org/0000-0001-8913-9508
Ornella Brunaa
https://orcid.org/0000-0001-7054-9726
Rosario Gelpi Trudoa
https://orcid.org/0000-0002-7201-6832
Macarena del Vallea
https://orcid.org/0000-0003-3549-7224
Eliana Zamoraa
https://orcid.org/0000-0002-6278-6665
Sebastián Urquijoa
https://orcid.org/0000-0002-8315-9329
a Instituto de Psicología Básica,
Aplicada y Tecnología (IPSIBAT) – CONICET – UNMDP, Argentina
Autor corresponsal
Para citar este artículo:
Arias, C., Bruna, O., Gelpi, R., del Valle, M., Zamora, E., & Urquijo, S. (2024). Rasgos de personalidad y estrategias cognitivas de regulación emocional en estudiantes universitarios. Liberabit, 30(1), e779. https://doi.org/10.24265/liberabit.2024.v30n1.779
Resumen
Antecedentes: la personalidad es un constructo psicológico fundamental para explicar y predecir el comportamiento humano. Investigaciones recientes se han focalizado en la relación entre la personalidad y la regulación emocional, revelando que los rasgos de personalidad pueden influir en la forma en que los individuos regulan sus emociones. Objetivo: evaluar la influencia de los rasgos de personalidad del modelo de los cinco grandes factores sobre las estrategias cognitivas de regulación emocional en estudiantes universitarios. Método: participaron 283 estudiantes, entre 18 y 58 años, a quienes se les administró el listado de adjetivos para evaluar la personalidad (AEP) y el cuestionario de estrategias cognitivas de regulación emocional (CERQ). Resultados: los rasgos de personalidad explican más fuertemente el uso de estrategias desadaptativas de regulación emocional y, en menor medida, de estrategias adaptativas. El neuroticismo resultó el principal predictor para las estrategias desadaptativas, seguido por la amabilidad; mientras que para las estrategias adaptativas, el mayor predictor fue la amabilidad, seguido de la apertura a la experiencia. Conclusión: este estudio contribuye a comprender la relación entre los rasgos de personalidad y las estrategias cognitivas de regulación emocional.
Palabras clave: rasgos de personalidad; estrategias cognitivas de regulación emocional; estudiantes universitarios; personalidad; regulación emocional.
Abstract
Background:
Personality is a fundamental psychological
construct for explaining and predicting human behavior. Recent research has focused on the
relationship between personality and emotional regulation, revealing that personality traits may influence
the way individuals regulate their
emotions. Objective: to assess the influence
of personality traits from the Big Five Factor Model on cognitive strategies of emotional regulation in college students. Method: 283 students participated, aged 18 to 58 years, who were administered the Adjectives to Evaluate Personality (AEP) list and the Cognitive
Strategies of Emotional Regulation Questionnaire (CERQ). Results: Personality traits most strongly explained the use of maladaptive strategies
of emotional regulation, and to a lesser extent, of adaptive strategies. Neuroticism was the main
predictor for maladaptive strategies, followed by Agreeableness, while for adaptive
strategies, Agreeableness was the strongest predictor,
followed by Openness to experience. Conclusion: This study contributes to the understanding of the relationship between personality traits and cognitive
strategies of emotional
regulation.
Keywords: personality traits; cognitive strategies of emotional regulation; university students; personality; emotional regulation.
La personalidad puede definirse como el estilo relativamente estable de pensamiento, emoción y comportamiento que caracteriza a un individuo (McCrae & Costa, 2021). Debido a su relevancia para explicar y predecir la conducta humana, este constructo se ha consolidado como uno de los principales en el ámbito de la psicología, lo que se traduce en una proliferación de modelos teóricos a lo largo del tiempo (Bergner, 2020).
El modelo de los cinco grandes factores (MCF), desarrollado por Costa y McCrae, (1985) se constituye como la taxonomía más predominante e influyente en la actualidad (Funder, 2001). El MCF defiende una versión genotípica de los rasgos, entendiendo a los mismos como entidades internas, estables, y biológicamente determinadas (DeYoung et al., 2016). Como su nombre lo indica, se proponen cinco grandes rasgos de personalidad: extraversión (tendencia hacia la sociabilidad), amabilidad (habilidad para establecer conexiones psicosociales y disposición para mostrar preocupación por los demás), responsabilidad (capacidad de actuar en consonancia con propósitos o metas definidas, con el fin de organizar y llevar a cabo proyectos e ideas), neuroticismo (inestabilidad emocional) y apertura a la experiencia (disposición hacia una imaginación activa, apreciación por la belleza estética, habilidad para reflexionar sobre uno mismo y curiosidad intelectual) (Costa & McCrae, 1992). Los factores presentan una estructura universal, trascendiendo las diferencias culturales (McCrae & Costa, 1997), y cada factor general incluye a su vez, factores de segundo orden denominados facetas o rasgos específicos.
Numerosos estudios se han llevado a cabo respecto de la influencia de los rasgos de personalidad sobre distintas variables individuales, interpersonales y sociales (DeYoung et al., 2016). Entre las variables individuales, se destacan investigaciones vinculadas a la felicidad y el bienestar (Anglim et al., 2020; Sun et al., 2018), la espiritualidad (Koenig, 2015), la salud mental y la psicopatología (Rostami et al., 2022; Van der Veen et al., 2017), el rendimiento académico (Hidalgo-Fuentes et al., 2021), entre otras. En cuanto a las variables interpersonales, se ha indagado en las asociaciones entre los rasgos y la disposición a establecer relaciones sociales, por ejemplo, la facilidad para conformar amistades (Apostolou & Keramari, 2020) o vínculos románticos (Apostolou & Tsangari, 2022). Entre las variables sociales, se han estudiado vinculaciones con las actitudes políticas (Van Hiel et al., 2004), el involucramiento en la comunidad (Carlo et al., 2005), la criminalidad (Shimotsukasa et al., 2019), entre otras. A pesar de la gran cantidad de literatura científica que aborda la personalidad, se ha prestado menos atención al estudio de su relación con la regulación emocional (Andrés, 2014).
La regulación emocional (RE) refiere al conjunto de procesos mediante los cuales los individuos influyen en las emociones que experimentan, cuándo las tienen y cómo las expresan (Gross & John, 2002). Así, la RE abarca una serie de mecanismos que permiten disminuirlas, intensificarlas o simplemente mantenerlas, dependiendo de los objetivos del individuo (Gross & Thompson, 2007). Entre los enfoques que se han desarrollado para clasificar las estrategias de regulación emocional, se destaca la propuesta de Garnefski et al. (2001). La misma sugiere que la RE abarca respuestas de tipo biológico, social y comportamental, así como procesos cognitivos conscientes e inconscientes. Centrándose en la manera en que las emociones pueden gestionarse a través de procesos cognitivos, Garnefski y Kraaij (2007) desarrollaron el cuestionario de regulación emocional (CERQ, por sus siglas en inglés), un instrumento ampliamente utilizado en la investigación y la práctica clínica para evaluar las estrategias cognitivas conscientes de autorregulación emocional.
El CERQ se focaliza en los pensamientos que el individuo tiene durante y después de experiencias estresantes y/o desagradables, y se encuentra conformado por nueve estrategias cognitivas de RE: autoculparse (culparse a uno mismo por la situación), culpar a otros (atribuir la responsabilidad del evento a los demás), rumiación (persistir en los pensamientos y sentimientos asociados a la experiencia desagradable), catastrofización (exagerar cognitivamente las consecuencias negativas del evento), poner en perspectiva (relativizar la gravedad de lo sucedido al compararlo con otras situaciones), focalización positiva (centrarse en pensamientos y situaciones alegres y agradables en lugar de lo ocurrido), reinterpretación positiva (reflexionar sobre el aprendizaje personal positivo derivado de la experiencia), aceptación (aceptar el hecho tal como ocurrió y resignarse a ello), y focalización en los planes (elaborar un plan para enfrentar el evento negativo). Las estrategias aceptación, focalización en los planes, focalización positiva, reinterpretación positiva y poner en perspectiva pueden ser clasificadas como adaptativas; mientras que autoculparse, culpar a otros, rumiación y catastrofización se considerarían desadaptativas (Garnefski & Kraaij, 2016).
Se ha demostrado el importante papel que los procesos autorregulatorios juegan sobre la salud mental y la calidad de vida de las personas (Hirschle et al., 2019). En particular, una adecuada RE contribuye al bienestar general (Gao et al., 2018; Khalil et al., 2020), por lo que su estudio resulta fundamental para la prevención de problemas emocionales (McRae & Gross, 2020). La utilización de estrategias de RE desadaptativas, por su parte, se encontraría relacionada con la presencia de psicopatología (e. g., Aldao et al., 2010; Compas et al., 2017; Del Valle et al., 2021; Hervás, 2011; Van den Heuvel et al., 2020; Wang et al., 2021), y con la tendencia a presentar relaciones interpersonales conflictivas (Medrano et al., 2019).
Algunos estudios sugieren que existe una utilización diferencial de ciertas estrategias cognitivas de RE en función del género. Por ejemplo, se ha hallado un mayor uso de las estrategias de rumiación y catastrofización en mujeres (e. g., Bailly et al., 2023; Garnekski et al., 2004; Martin & Dahlen, 2005). Adicionalmente, Martin y Dahlen (2005) mostraron que las mujeres también puntúan más alto en las estrategias de reinterpretación positiva y focalización en los planes, mientras que los hombres puntúan más alto en culpar a otros. Los patrones de crianza y socialización probablemente jueguen un rol importante en estas diferencias (Bailly et al., 2023), pudiéndose convertir el género en un predictor para el uso de estrategias de RE.
Ahora bien, es posible que la personalidad constituya un factor influyente en la forma en que las personas regulan sus emociones (John & Gross, 2004). En términos generales, presentar altos niveles de neuroticismo y bajos niveles de extraversión, apertura a la experiencia, amabilidad y responsabilidad se asocian con el uso más frecuente de estrategias de RE desadaptativas (Baranczuk, 2019; Hughes et al., 2020). Por ejemplo, se ha encontrado que las personas con mayores niveles de neuroticismo carecen de persistencia en sus esfuerzos de regulación, y prueban una gran cantidad de estrategias cuando no reciben ganancias inmediatas (Southward et al., 2018). Este rasgo se ha vinculado con un aumento de las estrategias de evitación, supresión, rumiación y preocupación, y con un descenso de las estrategias de reevaluación, resolución de problemas y atención plena (Baranczuk, 2019; Connor-Smith & Flachsbart, 2007). Por su parte, la extraversión se relacionaría con estrategias de aproximación (Miles & Hempel, 2003), por lo que tiene sentido que las personas utilicen estrategias más activas y adaptativas de RE, presentando así mayor reevaluación, resolución de problemas, atención plena y aceptación (Baranczuk, 2019). También se han hallado diferencias entre estos rasgos en relación con la claridad emocional. Por un lado, mientras que los individuos con mayor neuroticismo presentan mayor dificultad para percibir claramente sus estados emocionales; por otro, los sujetos con mayor extraversión se encuentran más atentos a lo que sienten y expresan, lo que les permite desplegar mayores habilidades de regulación emocional (Austin et al., 2008).
El rasgo de apertura a la experiencia, al suponer flexibilidad para considerar nuevas perspectivas, se vincula con estrategias como la reinterpretación positiva (Gresham & Gullone, 2012). Además, se encontraría asociada con el reconocimiento y aceptación emocional (Terracciano et al., 2003). Respecto a la amabilidad, se ha planteado que podría relacionarse con estrategias de búsqueda de apoyo social (Carver & Connor-Smith, 2010), debido a que las personas que presentan niveles elevados en este factor tienden a presentar redes sociales fuertes (Bowling et al., 2005). Por último, la responsabilidad guardaría relación con estrategias como la reestructuración cognitiva, ya que la capacidad para regular la atención subyacente al rasgo podría contribuir a desligarse de los pensamientos negativos (Carver & Connor-Smith, 2010).
El estudio de los rasgos de personalidad y su influencia sobre la RE cobra especial relevancia en población universitaria por el malestar que la desregulación emocional puede provocar en los estudiantes, afectando no solo su salud, sino también su rendimiento académico (Medrano et al., 2013; Usán & Quílez, 2021). Pese a ello, son escasos los estudios locales que han abordado la relación entre estas variables, especialmente con las estrategias de tipo cognitivo de RE en el nivel universitario. Por lo tanto, en el presente estudio se propuso evaluar la influencia de los rasgos de personalidad sobre las estrategias cognitivas de regulación emocional en estudiantes universitarios. Se espera que los resultados constituyan un aporte empírico al conocimiento de estas variables.
Se utilizó un diseño no experimental transversal de tipo descriptivo correlacional (Hernández et al., 2014).
Se trabajó con 283 participantes, quienes eran estudiantes universitarios regulares. Del total, 84.8 % fueron mujeres (n = 240) y 15.2 % hombres (n = 43). Las edades estuvieron comprendidas entre los 18 y los 58 años (M = 26.93; DE = 7.36).
Listado de adjetivos para evaluar la personalidad. Se administró el listado de adjetivos para evaluar la personalidad (AEP) (Ledesma et al., 2011), a través del cual se pueden evaluar los cinco rasgos de personalidad del modelo de los cinco grandes. Consiste en un listado de 67 adjetivos que reflejan aspectos de los cinco rasgos de la personalidad y que se contestan mediante una escala de tipo Likert, con cinco opciones de respuesta (1 = no me describe en absoluto, 5 = me describe tal como soy). En el presente estudio, los índices de confiabilidad resultaron adecuados para la dimensión apertura a la experiencia (α = .75) y muy buenos para las dimensiones extraversión (α = .85), responsabilidad (α = .84), neuroticismo (α = .85) y amabilidad (α = .85).
Cuestionario de estrategias cognitivas de regulación emocional. Se utilizó la adaptación argentina (Medrano et al., 2013) del cuestionario de estrategias cognitivas de regulación emocional (CERQ, por sus siglas en inglés) de Garnefski y Kraaij (2007), mediante el cual se pueden evaluar las estrategias cognitivas que utilizan las personas para regular sus emociones en situaciones emocionalmente negativas. El instrumento consta de 36 ítems que se responden con una escala de tipo Likert de cinco puntos, cuyas opciones de respuesta van desde casi nunca a casi siempre. El CERQ se basa en la propuesta de Garnefski et al. (2001), por lo que se subdivide en nueve subescalas: autoculparse, culpabilizar a los demás, rumiación, catastrofización, focalización positiva, focalización en los planes, aceptación, reinterpretación positiva, y poner en perspectiva. La consistencia interna de las dimensiones en el presente estudio fue adecuada (autoculparse: α = .76; culpar a otros: α = .79; rumiación: α = .66; catastrofización: α = .71; focalización positiva: α = .84; focalización en los planes: α = .64; reinterpretación positiva: α = .80; poner en perspectiva: α = .74), a excepción de la dimensión aceptación, la cual presentó un α de .58.
El proyecto al que pertenece el presente estudio fue aprobado por la Secretaría de Investigación de la universidad. Los autores se acercaron a diferentes clases (con previa autorización de los docentes), se les solicitó a los estudiantes la colaboración con el estudio y se les explicaron las características y objetivos del mismo de manera grupal. Aquellos estudiantes que accedieron a participar firmaron un consentimiento informado en el que se detallaban los objetivos y procedimientos de la investigación, así como también la protección de sus datos personales. Los protocolos fueron entregados en formato de lápiz y papel.
Los datos fueron analizados con el Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS, por sus siglas en inglés) v. 26. La confiabilidad de las escalas fue evaluada mediante el estadístico α de Cronbach. Se realizaron análisis descriptivos de las variables bajo estudio para caracterizar la muestra. Se calcularon, además, los factores de segundo orden estrategias positivas (adaptativas) y estrategias negativas (desadaptativas) de regulación emocional de la escala CERQ (Medrano et al., 2013). Las estrategias negativas se calcularon incluyendo: culpar a otros, autoculparse, rumiación y catastrofización. Las estrategias positivas incluyeron: aceptación, reinterpretación positiva, poner en perspectiva, focalización positiva y focalización en los planes. Se aplicaron correlaciones parciales con control del efecto de género para determinar la existencia de relaciones entre las variables, debido a que la muestra se encontraba desbalanceada con respecto a esta variable. Para analizar la incidencia de los rasgos de personalidad sobre las estrategias positivas y negativas de RE se aplicaron dos modelos de análisis de regresión lineal mediante el método Enter (Entrar). Las variables independientes fueron los cinco grandes rasgos de personalidad (extraversión, amabilidad, neuroticismo, responsabilidad y apertura a la experiencia) y el género. Las variables dependientes fueron las estrategias desadaptativas de RE en el primer modelo y las estrategias adaptativas en el segundo modelo.
Se analizó la normalidad de la distribución a través de la prueba de Kolmogorov-Smirnov, la cual indicó que los datos siguieron una distribución normal (p > .05). En la Tabla 1 se presentan los estadísticos descriptivos y los resultados de las correlaciones entre las principales variables bajo estudio (ver Tabla 1).
Se observan correlaciones estadísticamente significativas entre los rasgos de personalidad y la mayoría de las estrategias de RE, mostrando las estrategias de RE desadaptativas relaciones más fuertes con los rasgos de personalidad que las estrategias adaptativas. Además, las relaciones de las estrategias desadaptativas fueron directas con el rasgo neuroticismo e inversas con los rasgos restantes. Contrariamente, las relaciones de las estrategias adaptativas fueron inversas con el rasgo neuroticismo y directas con los rasgos restantes. En términos generales, las estrategias desadaptativas presentan asociaciones más fuertes con los rasgos neuroticismo (r = .37, p < .01), amabilidad (r = -.36, p < .01), y extraversión (r = -.33, p < .01). Las estrategias adaptativas, por su parte, presentan correlaciones más altas con amabilidad (r = .28, p < .01), extraversión (r = .20, p < .01), y apertura a la experiencia (r = .21, p < .01).
Específicamente, dentro de las estrategias desadaptativas, catastrofización y rumiación son aquellas que muestran mayores relaciones con los rasgos de personalidad, destacándose en ambas fuertes correlaciones positivas con neuroticismo (catastrofización r = .32, p < .01; rumiación r = .28, p < .01). En cuanto a las estrategias adaptativas, la reinterpretación positiva fue la que presentó correlaciones más altas con los rasgos de personalidad, principalmente con la amabilidad (r = .32, p < .01), seguido del neuroticismo (r = -.25, p < .01), y la extraversión (r = .25, p < .01).
Tabla 1
Correlaciones parciales entre los rasgos de personalidad y las estrategias de RE controlando género
Con el objetivo de calcular el potencial predictivo de los rasgos de personalidad sobre las estrategias de RE se llevaron a cabo análisis de regresión lineal múltiple. En el modelo 1 la variable dependiente fue estrategias desadaptativas, mientras que en el modelo 2 la variable dependiente fue estrategias adaptativas. Las variables independientes para ambos modelos fueron los cinco factores de personalidad y el género. Los diagnósticos de colinealidad fueron inferiores a 1.5 para todas las variables (VIF). Ambos modelos resultaron estadísticamente significativos. Los resultados pueden verse en la Tabla 2.
Tabla 2
Modelos de regresión lineal múltiple del efecto de los cinco grandes rasgos de personalidad sobre las
estrategias positivas y negativas de RE
Nota: ** p < .01; * p <
.05
La ecuación de regresión del modelo 1 fue estadísticamente significativa (F(6, 276) = 13.19, p < .01). El valor de la R2 fue de .22, lo que indica que el 22 % del cambio de las estrategias negativas de RE puede ser explicada por los rasgos de personalidad. El modelo 2, aunque en menor medida, también resultó estadísticamente significativo (F(6, 276) = 7.29, p < 01). En este caso, el valor de la R2 fue de .13, lo que quiere decir que el 13 % del cambio de las estrategias positivas de RE puede ser explicado por los rasgos de personalidad. Por lo tanto, los rasgos de personalidad explican mejor las diferencias individuales en el uso de las estrategias desadaptativas que en las adaptativas. El tamaño del efecto en los dos casos fue moderado (estrategias desadaptativas: f2 = .29; estrategias adaptativas: f2 = .15). El neuroticismo resultó el principal predictor para las estrategias desadaptativas (β = .23, p < .01), seguido por la amabilidad (β = -.18, p < .01); mientras que para las estrategias adaptativas, el mayor predictor fue la amabilidad (β = .21, p < .01), seguido de la apertura a la experiencia (β = -.18, p < .01). Por otro lado, aunque en menor medida que los rasgos de personalidad, el género resultó ser un predictor estadísticamente significativo para las estrategias adaptativas de RE (β = -.14, p < .05).
Este estudio se propuso indagar la contribución de los rasgos de personalidad en las estrategias de RE en estudiantes universitarios. En términos generales, los resultados revelan que las estrategias de RE, tanto adaptativas como desadaptativas, se encuentran asociadas con los rasgos de personalidad, lo cual resulta coherente con investigaciones previas (e. g., Amiri & Navab, 2018; Balzarotti et al., 2010; Baranczuk, 2019; Hughes et al., 2020; Southward et al., 2018).
Se observó que los rasgos de personalidad explican más fuertemente el uso de estrategias desadaptativas de regulación emocional y, en menor medida, de estrategias adaptativas. En particular, el rasgo que resultó el mejor predictor y que presenta correlaciones más altas con estas estrategias fue el neuroticismo, seguido por la amabilidad. Con respecto a la importancia del neuroticismo para la RE, los resultados son consistentes con lo reportado por la literatura (e. g., Baranczuk, 2019; Cassiello-Robbins et al., 2020; Connor-Smith & Flachsbart, 2007; Yang et al., 2020). La presencia marcada de este rasgo suele estar asociada con dificultades en el reconocimiento y manejo de emociones, tanto internamente como en su exteriorización (Austin et al., 2008). Las dificultades en el procesamiento de la emoción y la implementación de formas ineficaces de RE se encuentran fuertemente asociadas con la presencia de este rasgo (Coffey et al., 2003; Tong, 2010). Esto se debe a que el neuroticismo se caracteriza por la tendencia a experimentar emociones negativas (Reisenzein & Weber, 2009).
La amabilidad fue el segundo rasgo con mayor poder explicativo sobre las estrategias desadaptativas de RE, correlacionando inversamente con estas, y el predictor más importante sobre las estrategias adaptativas. Así, las personas con una presencia marcada de este rasgo presentan un mayor interés en agradar a los demás, por lo que tienen una mayor motivación en regular sus emociones negativas (Tobin et al., 2000), lo que explicaría su asociación con ambos tipos de estrategias. El rasgo de apertura a la experiencia también fue un predictor significativo de las estrategias positivas de RE. La tendencia a explorar emociones nuevas se asocia con una disposición a enfrentar los desafíos de manera positiva, poniendo en juego estrategias de aproximación tales como la reevaluación positiva y la resolución de problemas (Baranczuk, 2019; Connor-Smith & Flachsbart, 2007).
Por otro lado, los rasgos de responsabilidad y extraversión no resultaron predictores significativos de las estrategias de RE. Con respecto a la responsabilidad, es un rasgo cuya presencia caracteriza a personas con un alto control de la conducta dirigida a metas individuales, así como organización del tiempo. La RE muchas veces se pone en juego en las relaciones interpersonales, por lo que es esperable que rasgos relacionados con el comportamiento individual no estén relacionados de manera significativa con la regulación de las emociones. Esto coincide con lo reportado por otros estudios (e. g., Augusto-Landa et al., 2010), pero difiere con los hallazgos de otras investigaciones que sí encuentran relación entre la regulación de la emoción y la Responsabilidad (e. g., Austin et al., 2008; Terracciano et al., 2003). Con respecto a Extraversión, hay diferencias entre lo reportado por los datos en el presente estudio y otras investigaciones que sí encuentran relación entre este rasgo de la personalidad y la RE (e. g., Del Valle et al., 2020). Estas discrepancias podrían atribuirse al tamaño de la muestra empleada, siendo posible que una mayor amplitud de esta resulte necesaria para captar una asociación significativa entre ambos factores.
Por último, el género se configuró como un predictor significativo para las estrategias adaptativas de RE. Al respecto, la literatura suele destacar la existencia de diferencias en función del género para distintas estrategias y habilidades de RE. Por ejemplo, las mujeres suelen reportar mayor uso de estrategias adaptativas como la reevaluación positiva (Del Valle et al., 2022) y el poner en perspectiva (Medrano et al., 2013). No obstante, y a pesar de que análisis más precisos sobre las diferencias de género exceden los objetivos del presente estudio, otras investigaciones han hallado un efecto explicativo del género sobre las estrategias desadaptativas de RE, por ejemplo, un mayor uso de la supresión de la expresión emocional (Spaapen et al., 2014) en los hombres o mayor rumiación en las mujeres (Nolen-Hoeksema, 2012). Es posible que el hecho de considerar de forma conjunta el total de estrategias de RE en una sola variable, generara una menor apreciación de las diferencias precisas entre los géneros.
Los resultados hallados en el presente estudio deben ser considerados teniendo en cuenta ciertas limitaciones. En principio, es importante destacar que, al emplear técnicas de autoinforme, la tendencia a brindar respuestas socialmente deseables puede jugar un papel significativo, convirtiéndose en una limitación en la interpretación de los datos (Del Valle & Zamora, 2021). En segundo lugar, los descubrimientos se limitan a estudiantes universitarios, siendo esta una población con características intrínsecas específicas y distintas de la población en general (Del Valle et al., 2015). Además, aunque la proporción de hombres en la muestra utilizada es similar a la distribución de género presente en muchas carreras de la Universidad Nacional de Mar del Plata, la cantidad de participantes de este género es reducida para algunos análisis, lo que dificulta la capacidad de lograr potencia estadística. En estudios futuros, resultaría pertinente ampliar la cantidad de hombres presentes en la muestra, y sería interesante examinar si estos resultados se replican en población clínica.
Más allá de las limitaciones mencionadas, la importancia de este estudio radica en la relevancia que tiene la personalidad para la RE y, potencialmente, en la explicación de distintos problemas psicopatológicos (Vargas-Gutiérrez & Muñoz-Martínez, 2013), especialmente en estudiantes universitarios que suelen experimentar dificultades para regular emociones negativas, tales como estrés y síntomas psicopatológicos producto de las dificultades académicas con las que se encuentran en su recorrido académico (Erazo-Caicedo & Jiménez-Ruiz, 2012). En este sentido, las diferencias individuales en la regulación de la emoción, tanto desadaptativa como adaptativa pueden explicarse, en parte, por los rasgos de personalidad, principalmente, neuroticismo y amabilidad.
Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
En todo momento fueron respetados los lineamientos establecidos por la Asociación Americana de Psicología para la conducta ética en investigación en seres humanos (American Psychological Association, 2010), como también los principios éticos de la Declaración de Helsinki (World Medical Association, 2013).
CA: Concepción de diseño, análisis de datos, interpretación y redacción del manuscrito.
OB: Concepción de diseño, análisis de datos, interpretación y redacción del manuscrito.
RGT: Interpretación, redacción del manuscrito y revisión del manuscrito.
MV: Concepción de diseño, adquisición de datos, análisis de datos, redacción del manuscrito y revisión del manuscrito.
EZ: Redacción del manuscrito y revisión del manuscrito.
SU: Revisión del manuscrito.
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Aceptado: 06 de marzo de 2024
Este es un artículo Open Access publicado bajo la licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional. (CC-BY 4.0)