https://doi.org/10.24265/liberabit.2022.v28n2.574
Creencias parentales sobre el retraimiento social en la edad preescolar
Carolina Grecoa,b,*
https://orcid.org/0000-0001-9481-0132
Karen Noel Castilloa
https://orcid.org/0000-0003-3517-5452
Mirta Susana
Isona,b
https://orcid.org/0000-0002-3598-982X
aConsejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina
bFacultad de Psicología, Universidad del Aconcagua, Mendoza,
Argentina
Autor corresponsal
Para citar este artículo:
Carolina, G., Castillo, K. N., & Ison, M. S. (2022). Creencias
parentales sobre el retraimiento social en la edad preescolar. Liberabit, 28(2), e574. https://doi.org/10.24265/liberabit.2022.v28n2.574
Resumen
Antecedentes: las creencias parentales
entiéndase sus ideas, conocimientos,
valores y atribuciones son primordiales en el
estudio de las relaciones entre padres e hijos. Son procesos cognitivos y afectivos que inciden en las estrategias para promover conductas
sociales aceptables o para modificar aquellas no deseables. Objetivo general: explorar las creencias
de los padres y las madres sobre los comportamientos de retraimiento social de sus hijos/as en la ciudad
de Mendoza, Argentina. Método: se optó por una metodología cualitativa, utilizando el enfoque
de la Teoría Fundamentada. El muestreo fue no probabilístico e intencional y participaron padres
y madres de cinco niños/
as de cuatro años que asistían a instituciones educativas de gestión estatal. Se utilizó la
entrevista enfocada como instrumento de recolección de datos. Resultados:
categorías emergentes:
atribuciones causales internas y externas, atribuciones causales
del desarrollo cognitivo
y/o socioemocional,
estrategias parentales de socialización y caracterizadas
por control excesivo y sobreprotección. Conclusiones: las creencias parentales proveen un marco
de referencia que guían las interacciones de sus hijos/as
y determinan las oportunidades que les brindan
para su desarrollo socioemocional.
Palabras clave: creencias parentales; retraimiento social;
desarrollo socioemocional; preescolar.
Abstract
Background: Parental
beliefsnamely, parents’ ideas, knowledge, values and attributions
are essential in the study of relationships between parents and children. They consist of cognitive
and affective processes that influence strategies to promote acceptable
social behaviors or to modify those considered undesirable. General Objective: To explore
fathers’ and mothers’ beliefs about their children’s social withdrawal behaviors in the city of Mendoza,
Argentina. Method:
A qualitative methodology and a grounded
theory approach were chosen. A non- probability purposive sampling was used. Fathers
and mothers of five four-year-old children who
attended public educational institutions participated in the study. The focused
interview was used as data collection instrument. Results: Emerging categories: internal and external causal attributions, causal
attributions
of cognitive and/or social- emotional development, parental socialization
strategies characterized by excessive control and overprotection. Conclusions: Parental
beliefs provide a frame of reference that guides children’s interactions and determines the
opportunities parents
offer their children for their
social- emotional development.
Keywords:
parental beliefs; social withdrawal;
social- emotional development; preschool.
Las creencias parentales entiéndase sus ideas,
conocimientos, valores y atribuciones ocupan un lugar primordial en el estudio de las relaciones entre padres e hijos/as (Bornstein & Cheah, 2006). Las investigaciones sobre creencias parentales se imbrican en el estudio
de las pautas de crianza
entendiendo por estas las acciones, reglas, modalidades y orientaciones que los padres
llevan a cabo para el desarrollo de
sus hijos/as (Morales- Castillo, 2020).
Las creencias de los padres sobre distintos
aspectos del desarrollo de sus hijos/as proveen un marco de referencia que guían las
interacciones con ellos/as y determinan las oportunidades que les brindan
para su desarrollo cognitivo y
socioemocional (Bornstein et al., 2018). Esas creencias incluyen las formas en cómo ellos piensan, sienten sobre sus hijos/ as y sobre ellos mismos en su rol parental;
las explicaciones causales que elaboran sobre las
conductas y emociones de sus hijos/as; las expectativas que tienen para con sus
hijos/as y las estrategias de crianza
que consideran apropiadas e implementan
con ellos/as (Bornstein et al., 2018; Castillo,
2021, Tamis-LeMonda, 2003).
El vínculo padre, madre e hijo/a pone en
juego, por un lado, las
características temperamentales de los niños/as
generando diferentes tipos de reacciones en sus padres o adultos a cargo y, por otro lado, las prácticas
de crianza de los padres promueven o dificultan
el despliegue de ciertas conductas en sus hijos/as (Castillo, 2021; Laible et al., 2015).
Así las características de los niños/as,
de los padres y del contexto son elementos constitutivos del sistema de creencias parentales (Mills & Rubin, 1990). Desde el Modelo
Bioecologico
del Desarrollo Humano
(Bronfenbrenner, 1987) se considera la acomodación
permanente y recíproca que se genera entre
las transacciones de la persona y su entorno y
entre los distintos entornos y contextos más globales que se influyen
entre sí.
Las relaciones
entre padres e hijos/as se encuentran en el centro de la visión contextual ecológica, es decir, en el microsistema y están integradas en un mesosistema de contextos más amplios,
como la familia, las relaciones entre los pares, la escuela y el barrio. A su vez, la familia está influida por la comunidad
de referencia; incluidos
el lugar de trabajo, los servicios de salud, los medios de comunicación que forman parte del exosistema
y a su vez un macrosistema de
valores, leyes, clases sociales y
cultura que engloba e interactúa con cada sistema mencionado.
El sistema educativo y la escuela forman parte
del mesosistema; la etapa
preescolar comprende entre los dos y
cinco años (Papalia et al., 2009; Shaffer, 2009).
Tanto en Argentina como en muchos otros países significa
el ingreso al sistema educativo formal y obligatorio y, con ello, un incremento de las expectativas de autonomía, independencia y
logros académicos por parte de los
niños/as (Burchinal et al., 2015; Castillo, 2021). La admisión al jardín de infantes representa para los niños/as un
proceso de múltiples retos, aun
cuando muchos de ellos hayan hecho su paso previo
por el jardín maternal. El inicio al jardín de infantes pone en juego las
competencias sociales, el progresivo ajuste emocional, la socialización junto a sus pares, la dinámica propia del juego infantil en el contexto educativo,
el desarrollo de la autonomía, y el
respeto por las rutinas, normas de
convivencia y hábitos de higiene y salud (Zárate et al., 2017; Zych, et al.,2016).
Al respecto, Castillo
(2021) refiere que, si bien es complejo el proceso de adaptación desde
la vida familiar al jardín de
infantes, la transición para aquellos
niños/as con retraimiento social es aún más difícil.
El creciente desarrollo de
las habilidades lingüísticas y las
demandas de interacción diaria con otros niños
son aspectos estresantes de esta nueva etapa (Coplan et al., 2008). Debido a esto, estudios han referido
que los niños/as con retraimiento social experimentan vínculos menos saludables y dependientes con sus docentes, mayores dificultades, síntomas socioemocionales de tipo ansioso-depresivos y experiencias negativas
de exclusión y victimización
por parte de sus pares (Coplan & Rubin, 2010; Rubin et al., 2009).
El retraimiento social en la infancia es
descrito como aquellas manifestaciones en las cuales
el niño/ a se repliega
sobre sí mismo alejándose de las interacciones sociales por factores internos,
como la preferencia por mantener un
escaso contacto interpersonal o bien el temor frente
a esta posibilidad (Castillo
et al., 2019; Coplan & Rubin,
2010). Este trabajo considera los aportes de
los enfoques motivacionales sobre el retraimiento social en el marco del Modelo Transaccional-Evolutivo y el Modelo
Bioecológico del Desarrollo Humano (Coplan & Rubin, 2010; Rubin & Asendorpf, 1993). El enfoque
motivacional ha sostenido sus lineamientos teóricos reforzando el estudio de las fuentes
o causas que inducen los distintos comportamientos de retraimiento introduciendo una perspectiva que contempla
la permanente interacción entre la persona, su contexto social y familiar.
En este sentido, consideran las manifestaciones de retraimiento social
a la luz del ciclo vital y en relación estrecha con su medio contextual.
Desde este enfoque, se ha considerado
que los niños/as pueden nacer con una predisposición a responder con temor,
ansiedad e inhibición ante la novedad y tales comportamientos podrían evocar ciertas
respuestas del contexto
familiar como desconcierto,
exceso de control, sobreprotección e impaciencia
por parte de los padres y/o cuidadores. Aspectos que refuerzan las conductas temerosas, reticentes e inseguras
de los niños/as. De mantenerse este patrón a lo largo del desarrollo, los niños/as comenzarían a presentar dificultades en el
logro de ciertas habilidades sociales, de autorregulación emocional y una imagen
negativa de sí mismos, lo cual conlleva a mayores posibilidades de ser
rechazado y victimizado por sus pares, impidiéndoles el desarrollo de vínculos satisfactorios y saludables y reforzando el retraimiento social (Castillo, 2021; Coplan & Rubin, 2010; Gazelle &
Ladd, 2003; Nesdale &
Zimmer- Gembeck, 2014; Rubin et al., 2010).
Asimismo, las investigaciones
en la etapa preescolar cobran su relevancia al ser
considerada una etapa fecunda para la
identificación de factores de riesgo,
de protección y de intervenciones orientadas hacia la adaptación futura al
sistema de escolaridad, la promoción de la salud mental infantil
y el bienestar biopsicosocial. Se privilegia la incorporación y desarrollo de destrezas sociales,
recursos socioemocionales y cognitivos que se tornan fundamentales para la salud, el aprendizaje y el comportamiento de los niños/as
durante los primeros
años de sus vidas y su desenvolvimiento futuro. Dichas destrezas
y recursos son la base, no solo para el aprendizaje y el futuro rendimiento académico, sino también
para su futura
capacidad de participación en la comunidad y
vida adulta (Coplan et al., 2008; Lacunza & Contini, 2011, Shonkoff & Fisher,
2013). De ahí, entonces, la importancia de este estudio.
El objetivo general fue explorar las
creencias de los padres y las madres
sobre los comportamientos de
retraimiento social de sus hijos/as en la ciudad de Mendoza, Argentina. Los objetivos específicos que guiaron este trabajo fueron
los siguientes: (a) indagar las atribuciones causales para los
comportamientos de retraimiento social según los padres y las madres,
y (b) conocer las estrategias de acción implementadas
por los padres y las madres frente a los
comportamientos de retraimiento social de sus
hijos/as.
Al respecto, Mills
y Rubin, pioneros
en el estudio de
creencias y retraimiento social en la infancia, refieren que:
Las creencias consisten en procesos cognitivos y afectivos
que pueden influir en los comportamientos de socialización proactiva que implementan los padres con sus hijos/as (aquellas
estrategias para promover comportamientos socialmente competentes en
sus hijos/as); así como también comportamientos reactivos (aquellas estrategias para modificar o eliminar comportamientos problemáticos o no competentes socialmente). (Mills & Rubin, 1990, p. 138)
En línea con lo expuesto,
Bornstein (2015) propone
que las creencias y atribuciones de los padres pueden clasificarse en internas o intencionales y externas o situacionales. Una
atribución interna se refiere a las interpretaciones de los padres
de la conducta de su niño/a como
disposicional y deliberada, mientras que una atribución externa
hace alusión a la comprensión de los padres de la conducta de su niño/a como contextual,
transitoria e incluso accidental.
Una actual investigación examina las
creencias y estrategias de las madres
oriundas de China sobre la timidez de sus hijos/as
de entre cuatro
y seis años, así como las estrategias que implementan para ayudarlos
con los comportamientos de retraimiento social. Cuando
se les preguntó a las madres si creían que la timidez
de sus hijos/as tenía una base disposicional (temperamental) o una base contextual relacionada con atribuciones externas,
la mayoría de las madres atribuyeron los comportamientos de retraimiento social a factores
externos de índole cultural,
social y familiar y, por lo tanto, refirieron que tal comportamiento era sensible a la
intervención parental (Liu et al., 2020).
Entre los factores externos mencionan la
política de natalidad en China, ser
hijo/a único/a limita las posibilidades
de socialización con los pares en el ámbito
familiar; también refieren dificultades en la
comunicación familiar para establecer y mantener el diálogo.
Por otra parte, aludieron que los abuelos/as
en el rol de cuidadores primarios u otros adultos responsables como las niñeras despliegan cuidados caracterizados por la sobreprotección restando autonomía
y autoconfianza en los niños/as reforzando las manifestaciones de retraimiento social
(Liu et al.,
2020).
Al respecto, Miller et al. (2011)
destacan que el control psicológico y la sobreprotección por parte de los padres jugaban un rol central en la asociación
entre la timidez y las dificultades interpersonales (específicamente en la exclusión y rechazo
por parte de los pares) en la edad
preescolar. El mencionado estudio y
uno reciente señalan que padres (Zarra- Nezhad et al., 2022) que empleaban
en sus estrategias de crianza un control psicológico excesivo y sobreprotección tendían a disminuir
cada vez más la autoconfianza de los niños/as impidiendo que ellos y ellas pudieran superar sus
comportamientos de retraimiento social. Asimismo, pautas de crianza
caracterizadas por situaciones
de negligencia imposibilitaban
el refuerzo y estimulación necesaria para los procesos de socialización (Liu et al., 2020).
Sin embargo, otros estudios han
encontrado que los padres y las
madres perciben el retraimiento de sus hijos/as como inmodificable (ligado a características
disposicionales), por lo que tienden a usar
estrategias menos directivas y más pasivas con
la suposición de que ninguna acción podría modificar la forma de comportamiento de su hijo/a
(Bayram & Cheah, 2015).
En línea con lo planteado, Mills y Rubin (1990) refieren
que los padres que atribuyen
el comportamiento de retraimiento social de sus hijos/ as a factores inestables internos;
entendiendo por estos a condiciones
temporales o cambiantes como la edad, alguna habilidad
aún no desarrollada, cansancio o algún estado
de ánimo y salud particular, presentan una mayor tendencia a modificar el comportamiento
de sus hijos que aquellos padres en quienes
predomina una atribución interna estable, como
los rasgos disposicionales consistentes en el
tiempo, lo cual los lleva a pensar que no hay una estrategia de acción posible para modificar tal conducta de retraimiento social.
Por su parte, Rubin
et al. (2009) refieren que, dentro de las culturas
colectivistas, como, por ejemplo,
la República Popular de
China, los
comportamientos asociados al retraimiento
social podrían ser más aceptados
e incluso valorados debido a un sentido
de cohesión grupal que emana de dichas
culturas. Mientras que en las culturas occidentales como
Argentina, Canadá, Grecia, Italia, Países Bajos y Estados
Unidos son culturas que promueven el individualismo
y los niños/as retraídos podrían ser rechazados y excluidos por su grupo de pares.
En América Latina son casi inexistentes los estudios del retraimiento social
en edades tempranas del desarrollo infantil (Castillo et al., 2019). Uno de los escasos antecedentes
sobre el estudio
del retraimiento social infantil en América Latina, lo constituye el trabajo de Valdivia y sus colaboradores (2005). Los autores exploraron la relación entre el retraimiento,
los sentimientos de soledad y los
vínculos entre pares en niños/as
de escuelas primarias cubanas. Los resultados demostraron que
para la cultura cubana
estos comportamientos significan una interferencia con la armonía
y la unidad grupal valorada. Los autores argumentan
que las consecuencias de
mostrar estos comportamientos de retraimiento
es tener menos amigos y ser menos aceptado
socialmente, lo que lleva a sentimientos de
soledad en la infancia. Las características particulares en términos sociales, políticos y
culturales de Cuba hacen que estos
resultados no puedan generalizarse fácilmente
al resto de los países en América Latina; sin
embargo, pueden ser de utilidad para discutir los resultados emergentes en el presente estudio.
Por su parte, Rosabal-Coto
(2012) desarrolla su estudio sobre
creencias y prácticas de crianza en el contexto
costarricense, si bien no aborda el tema del
retraimiento social, específicamente, sí aporta un enfoque interesante acerca de las creencias que tienen
los padres sobre la socialización de sus hijo/
as en el contexto de América Latina,
específicamente en Costa
Rica. Al respecto, explica que las figuras de crianza
tienen la expectativa que sus hijos/as
entre los dos y cuatro años
sean más independientes y responsables de sus acciones,
así como también
logren tener una mayor autorregulación de sus características temperamentales. Refiere que las culturas en América Latina tienden a un comportamiento adecuado
y a la decencia, por encima
de la autorrealización o el logro de metas personales.
En lo que respecta a Argentina, Castillo
(2021) reseña que la cultura
argentina ha sido influenciada por
las tradiciones europeas en la mayoría de sus
valores sociales; sin embargo, su pertenencia a la región latinoamericana le da características particulares en términos de la
interdependencia y la cohesión que se
espera en las relaciones sociales, sobre todo en la infancia.
Si bien el estudio del retraimiento social en edades tempranas del desarrollo ha sido y es explorado
ampliamente a nivel internacional (Crozier, 2014; Nesdale & Zimmer-Gembeck, 2014; Rubin & Chronis Tuscano, 2021), en el
contexto de América Latina son
escasos los estudios al respecto (Castillo et
al., 2019). Del mismo modo, este fenómeno de
estudio ha sido abordado en mayor medida por métodos de investigación cuantitativos (Bayram & Cheah, 2015; Cheah & Park,
2006), y en menor medida se han realizado
investigaciones con métodos cualitativos (Liu et al., 2020; Olson et
al., 2019), siendo dos razones impostergables para su estudio.
Se
optó por una metodología de investigación cualitativa basada
en los lineamientos del Estudio
de Caso (Stake, 1999), utilizando el enfoque de la Teoría Fundamentada y su método Comparativo
Contante (Glaser & Strauss, 1967). Al
respecto, Straus y Corbin (2002) definen la investigación cualitativa como aquella investigación que arriba a
resultados por medio de procedimientos que no son estadísticos ni cuantificables, sino que se llega a
los mismos por medio de la interpretación. El propósito es descubrir conceptos y relaciones entre los datos,
para luego organizarlos en un esquema
explicativo que emerge a partir de la empírea
y de manera inductiva.
El muestreo fue no probabilístico e
intencional. Participaron padres y
madres de cinco niños/as de cuatro años (tres mujeres
y dos varones) que asistían
al nivel inicial en dos instituciones educativas de gestión estatal de la provincia de Mendoza, Argentina. Las familias de los niños/as fueron
seleccionados/as en el marco de un
proyecto mayor de investigación que
se llevó a cabo sobre el retraimiento social en la infancia temprana en Mendoza, Argentina (Castillo, 2021).
El criterio de selección se basó en la elección
de aquellos/as niños/as
que presentaron puntajes
extremos de retraimiento social (ubicados en el percentil 75). Dichos puntajes se obtuvieron teniendo en cuenta las medias y los percentiles de los escolares en las pruebas de Preferencia por el
Juego Solitario (Coplan et al., 2014) y la Escala de Preferencia Social Infantil para padres/madres (Coplan et al., 2004).
Entre los
criterios de exclusión se consideraron los siguientes: trastornos del
desarrollo diagnosticados como
alteraciones en la adquisición de habilidades
cognitivas, motoras, del lenguaje y/o sociales (TDH,
trastornos del espectro
autista, discapacidad); y trastornos del estado de ánimo y ansiedad. Se utilizaron códigos alfanuméricos de identificación en cada
caso a los fines de respetar el anonimato y confidencialidad de los datos.
Caso 1V: se trata de un varón
de 4 años, el mayor
de la familia. Tiene un hermanito de 9 meses de edad. Su papá y su mamá poseen un nivel de educación
superior universitario. Ambos trabajan
actualmente. Durante los primeros 10 meses de vida de 1V vivieron en Alemania. Se trata de una familia
tipo, no conviven
con ningún miembro
de la familia extensa. En cuanto a la dinámica
familiar, algunas características a considerar son las siguientes: en el hogar se hablan tres
idiomas alemán,
inglés y español; en el caso de 1V habla y comprende
el idioma alemán.
La crianza de 1V se lleva a cabo con el cuidado de una
niñera y de los abuelos maternos. En
el seno de la familia extensa no hay otros niños/as (primos/as) para compartir actividades y reuniones familiares. Como actividades extraescolares empezó a jugar básquet
y quiso cambiar a futbol,
en ambas actividades le costó integrarse y sostener la actividad. Su mamá lo define como un niño retraído socialmente, con pocos amigos, que prefiere jugar solo en su hogar o con la niñera. Su mamá y papá muestran preocupación por el
comportamiento retraído de 1V e
intentan varias estrategias para modificar
tal comportamiento. En la mayoría de las interacciones sociales está acompañado por un adulto. Asiste al nivel inicial de una escuela pública de gestión estatal ubicada en una zona
urbana de la provincia de Mendoza.
Caso
2B: se trata de un varón de 4 años, es el menor de la familia. Tiene una hermana de 16 años y un hermano de 13 años. Su papá y su
mamá tienen un nivel de educación
medio (secundario completo) y
trabajan en actividades técnicas. En el
hogar no conviven con ningún miembro de la familia extensa. No asiste a actividades extraescolares, en escasas oportunidades participa de actividades de socialización fuera del
ámbito familiar. El padre de 2B refiere
que se consideran una
familia «cerrada», que prefieren estar entre
ellos, ya que predomina el miedo y la inseguridad. Refiere
que a su hijo le cuesta socializar en cualquier ámbito
fuera de la dinámica familiar, pero cree que a medida que crezca esto cambiará. Asiste al nivel inicial de una escuela
pública de gestión estatal ubicada en
una zona urbana de la provincia de Mendoza.
Caso 3L: se trata de una nena de cuatro
años, es la mayor en la
familia. Tiene una hermana menor de
un año. Su papá y su mamá tienen un nivel de educación superior universitario Actualmente, se encuentra trabajando su
papá y su mamá es ama de casa. Se
trata de una familia tipo, en el hogar no conviven
con ningún miembro de la familia extensa. Su mamá refiere
que en la dinámica familiar
3L ha sido criada entre adultos, ya que en la familia de origen materna y paterna
no
hay otros niños/as para socializar. No asiste a ninguna actividad extraescolar. Tanto su mamá como su papá refieren que es una niña
solitaria, que prefiere jugar sola,
le cuesta la interacción social con otros niños/as. Los padres de 3L creen
que es su forma de ser, su personalidad y no saben si
esa forma cambiará. Asiste al nivel inicial de
una escuela pública de gestión estatal ubicada en una zona urbana
de la provincia de Mendoza.
Caso
4E: se trata de una nena de cuatro años, la menor de dos hermanas mayores (una de 9
años y otra de 17 años). En cuanto al nivel de educación
de los padres, la mamá finalizó los estudios secundarios, el papá no finalizó los estudios de nivel medio
(presenta secundario incompleto) y trabaja actualmente. Los padres de 4E están
separados. La mamá y sus tres hijas
viven en la casa de la bisabuela y abuela paterna
junto con la tía paterna
y primos/as. Conviven en el mismo hogar tres generaciones. En cuanto a la dinámica familiar:
la mamá de 4E comenta que la
cuida bastante e intercede en los
juegos de 4E con sus pares para evitar o resolver
los conflictos interpersonales que se generan entre ellos/as. La mamá
comenta que a partir de los tres
meses de vida de 4E se separó del
papá de las nenas y se sometió al método de ligaduras
de trompa como medida anticonceptiva. Desde ese momento, supo que no tendría más hijos/ as considerando a 4E su «bebe», razón por la cual la sobreprotege a fin de evitar el conflicto cuando
se encuentra en interacción con otros niños/as. Asiste al nivel inicial de una escuela pública de gestión
estatal ubicada en una zona
urbano-marginal de la provincia de Mendoza.
Caso
5J: se trata de una niña de 4 años, es la mayor
en el núcleo familiar. Tiene una
hermana de tres años. En el hogar, convive
la madre, el padre, la hermana menor y la familia de origen materna:
la abuela, el abuelo y sus tías con sus respectivos hijos/as. Es decir, conviven en el mismo hogar dos generaciones. Su mamá y su papá poseen un nivel de educación media (secundario completo). Su mamá es ama de casa y su papá trabaja actualmente realizando trabajos técnicos.
En la crianza participa la abuela y las tías. No concurre a ninguna actividad extraescolar. Su mamá refiere
que 4E es tímida y le cuesta socializar. Asiste al nivel inicial de una escuela pública de gestión estatal ubicada
en una zona urbano-marginal de la provincia
de Mendoza.
En la Tabla 1 se presenta una síntesis
de las características
sociodemográficas de los padres de los/as niños/as (ver Tabla 1).
Preference
for Solitary Play Interview
(Coplan et al., 2014). Es una medida de autoreporte para preescolares. Consiste en 11 pictogramas
que muestran una serie de juegos en los cuales el niño/a debe referir su preferencia por realizar
una actividad en solitario
o con sus pares. El puntaje final se calcula considerando la proporción de veces
que el niño/a indicó que querría
jugar solo/a reflejando los valores más altos una mayor preferencia por el juego
solitario. Las consignas fueron traducidas siguiendo los lineamientos generales de la
International Test Commission (2016). Un traductor oficial convirtió las instrucciones
al español, luego estas
fueron consideradas por el equipo de investigación y traducidas nuevamente al inglés para evaluar su correspondencia con las consignas
originales. El instrumento fue aplicado en una prueba
piloto a un grupo de 24 niños/as
para valorar la claridad y comprensión de los dibujos
y las consignas con resultados positivos. Estos niños/as
no fueron incluidos en la muestra
final.
Escala de Preferencia Social Infantil para padres/madres (Coplan et al., 2004). Evalúa las conductas
de timidez y preferencia por la soledad
en niños/as por parte de los
padres y las madres. Se evalúa con una escala
Likert de 5 puntos (desde
casi nunca a casi siempre).
Las consignas de esta escala fueron traducidas por un traductor
oficial que convirtió las
instrucciones al español y luego fueron evaluadas
por el equipo de investigación y traducidas nuevamente al inglés para contrastar
su correspondencia con las consignas
originales. La técnica
demostró tener una confiabilidad interna
buena para la subescala de timidez ( = .84) y aceptable para la subescala de
preferencia por la soledad
( = .74). El instrumento fue aplicado en una prueba
piloto a un grupo de 24 padres/madres (quienes no fueron incluidos en la muestra final) para valorar
la claridad y comprensión de las consignas.
Entrevista enfocada.
Se caracteriza por ser un tipo de
entrevista en profundidad circunscripta a un
foco de interés, dirigida a un individuo concreto, caracterizado y señalado previamente por haber tomado parte de la situación o experiencia definida, con el objetivo de responder a cuestiones
concretas y específicas (Ruiz & Ispizua,
1989). Al respecto, Scribano (2007)
refiere que se trata de una entrevista cara a cara, personal, no estructurada, que permite la exploración detallada sobre las creencias, emociones, sentimientos y comportamientos de la
temática en cuestión. Tal como diversos
autores sugieren
(Taylor et al., 2015; Valles, 1999), la guía de preguntas no fue estructurada, consistió en una serie de tópicos seleccionados a partir de los objetivos y
marco de referencia. La guía de preguntas fue revisada por tres investigadoras doctoras en Psicología del Desarrollo Infanto-Juvenil
del CONICET-INCIHUSA. Asimismo, se
realizó un estudio piloto con una de las familias que participaron del proyecto macro de investigación que se llevó a cabo
sobre el retraimiento social en la infancia
temprana en Mendoza, Argentina (Castillo, 2021). Dicha
familia no formó
parte de la muestra en el
presente estudio. Los tópicos y las preguntas que guiaron la entrevista fueron la conformación del grupo familiar y de convivencia, el lugar de residencia, el nivel educativo y actividad laboral
de los padres, las características del temperamento de su hijo/a,
la dinámica familiar
en cuanto a la crianza,
las actividades extraescolares, el tipo de juegos e interacciones
con pares, las creencias y atribuciones sobre
el retraimiento social de sus hijos/as, y las
estrategias de acción implementadas. La cantidad de entrevistas
realizadas estuvo dada por el criterio de saturación muestral (Hernández et al., 2014). El corpus quedó
conformado por un total de 11 entrevistas que fueron grabadas
en audio y transcriptas.
La propuesta de trabajo fue presentada
ante la Dirección de Nivel Inicial
de la Dirección General de Escuelas
de la provincia de Mendoza. Se realizaron encuentros con las directoras, las docentes y los padres
a fin de exponer los objetivos, la metodología de trabajo y solicitar los consentimientos informados.
Cada entrevista tuvo una duración de una
hora y media y fueron realizadas por
la primera y segunda autora. Según Scribano (2007) es necesario contar con una formación
académica previa y vasta experiencia
en el uso de estas. Al respecto, cabe destacar que las entrevistadoras han realizado la Residencia Interdisciplinaria en Salud Mental y cuentan con la especialidad en Psicología
Clínica, aspecto que avala la formación para la realización de las entrevistas en profundidad.
Los encuentros se realizaron en la
institución escolar. En caso de
detectarse situaciones de riesgo, se
realizó una derivación a tratamiento psicológico. Se llevó a cabo una entrevista de devolución a los padres participantes y se emitió un informe al Servicio de Orientación de las instituciones escolares.
El análisis de los datos se realizó
según los lineamientos
de la Teoría Fundamentada y su estrategia del Método Comparativo Constante
(Strauss & Corbin, 2002). En el análisis inicial
predominó una codificación abierta y axial (Kornblit, 2004).
Los temas fueron categorizados en base a dos criterios: por un lado, los referentes teóricos (Bornstein, 2015;
Bornstein et al., 2018; Mills & Rubin, 1990) y, por otro lado,
el trabajo de interpretación hermenéutica del investigador y colaboradores. Finalmente, las categorías fueron refinadas e integradas siguiendo
un proceso de reducción (Kornblit, 2004).
La presentación de resultados se llevará
a cabo teniendo en cuenta los
objetivos específicos propuestos para este estudio. Siguiendo
a Hernández et al., 2014, los objetivos específicos
son aquellas metas que permiten
alcanzar el objetivo general. En este
sentido, al presentar los resultados según los
objetivos específicos, implícitamente se está describiendo el objetivo general que fue
explorar las creencias de los padres y las madres sobre los comportamientos de retraimiento social de sus hijos/ as en la ciudad de Mendoza,
Argentina.
El primer objetivo
específico consistió en indagar las
atribuciones causales para los comportamientos de retraimiento social según los padres y las madres. Del análisis
emergieron cuatro categorías: (a)
atribuciones causales
internas de estabilidad temporal, entendida
como los rasgos disposicionales consistentes en diversas situaciones y a través del tiempo;
(b) atribuciones causales
internas transitorias o de inestabilidad temporal, definidas como
condiciones temporales o cambiantes incluidos
los aspectos relacionados con la edad o una habilidad
que aún no se ha aprendido
y que inciden en los comportamientos de retraimiento social;
(c) atribuciones causales
externas, referidas a cuestiones contextuales y/o ambientales como características familiares y características contextuales de la zona de residencia; y (d) atribuciones causales relacionadas con el desarrollo
cognitivo y/o socioemocional,
definida como aquellas
variables y procesos propios del desarrollo cognitivo y/o socioemocional del niño/a que dependen tanto de factores
internos como externos
que inciden en los comportamientos de retraimiento
social. Las subcategorías de esta última categoría fueron las características de la expresión oral, y
las emociones negativas relacionadas con el miedo y la exclusión (ver Tabla 2).
En cuanto a las atribuciones causales
referidas a factores internos
estables del niño/a,
la narrativa que emergió en el discurso
de los padres y las madres
fue con mención a los rasgos temperamentales. Al respecto, la mamá de 1V (varón de 4 años) comentó:
«Es
más un rasgo de su personalidad, pero se ha incrementado
desde que empezó la escuela […]. Él es
así, yo creo no será un nene que tenga miles de amigos». Del mismo modo, el papá y mamá de 3L (nena de 4 años) mencionaron: «Ella es diferente, es tímida,
pero capaz que no sea un problema
en sí, sino que sea su forma de ser. Ella es así, más bien retraída
siempre ha sido así».
Los padres y las madres de 1V y 3L
atribuyeron el comportamiento de
retraimiento social a rasgos temperamentales
y, además, reconocieron en ellos mismos tales características temperamentales. Al respecto, la mamá de 1V mencionó: «Cuando
yo era chiquita me costaba hablar con otra gente, saludar». El papá del mismo niño refirió: «Yo tenía más problemas
con los niños que con los adultos, lo mismo le pasa a 1V […], le encanta jugar con
adultos. Recuerdo había una fiesta
[…], todos los chicos con disfraces y yo llegué ahí y no quería estar por vergüenza». En la misma línea, la mamá de 3L describió: «Es bastante antisocial como su papá […], parecida a mí también. Mi mamá dice que
yo era así de chiquita, así quietita,
calladita».
Surgieron también atribuciones causales
internas transitorias. Al respecto,
el papá de 2B (varón de 4 años)
comentó: «Él se aísla porque no entiende por
qué, todavía no sabe manejarse con los compañeros […], no sabe cuándo el niño es agresivo, cuándo el niño es posesivo, cuándo el niño es
invasivo. A la larga, a medida que vaya creciendo
lo irá cambiando». Una respuesta similar emergió del discurso de la mamá de 4J (nena de 4 años): «Yo creo que con el pasar del tiempo eso lo va a ir superando».
Además de las atribuciones internas de
carácter estable o transitorio, también
surgieron en el análisis atribuciones de carácter externo entre
las cuales se especificaron las
características familiares. Así, una de las subcategorías que emergió fue el tipo de familia sobreprotectora caracterizada por una excesiva necesidad de control
y protección hacia los hijos/as. En este tipo de familias los
padres y las madres dificultan el
desarrollo de la autonomía y el lazo
social con el mundo exterior (Caso, 2006). Al
respecto, el padre
de 2B (varón de 4 años) mencionó:
«Ahora
cuando yo tenga que hacer el árbol genealógico, te voy a poner toda mi familia,
lo que no quiere decir que
interactúe con ellos. Tengo una familia grande,
pero no necesariamente interactúo a diario, semanalmente, o mensualmente como haría cualquier
familia. Hay familias
que hacen mesones grandes y festejan, nosotros no somos así. Somos una familia bastante para
adentro, un núcleo bastante cerrado.
Bueno o malo, no sé, pero somos así por eso tal vez 2B sea así».
En línea con lo explicitado por el papá
de 2B, la mamá de 1V refiere:
«Yo como que lo protejo
bastante, en lo posible […] veo que alguien lo maltrata
y estoy ahí. Por ejemplo, me pasa cuando voy a la plaza y veo a un nene que lo está molestando, voy y me meto».
Otra
de las características familiares que emergió fue la conformación de una estructura familiar formada en su mayoría por adultos.
Así, por ejemplo, la mamá de 1V (varón de 4 años) refirió:
«Puede ser que desde que nació está
entre adultos, nosotros, la niñera, recién
ahora nació su hermanito». El papá de 2B
(varón de 4 años) relató: «El problema lo tiene con sus pares porque justamente su núcleo familiar es más bien de adultos, sus hermanos
tienen 13 y 16 años». La mamá de 3L (nena de 4 años) explica:
«Yo creo que es así porque se ha criado siempre
entre gente grande
y por eso le cuesta
tanto relacionarse con niños. Yo la mandé a salita de tres a ella, y también jugaba solita, pero era como más común porque no sé, como que
los niños más chicos juegan solos, pero ahora
que ya está más grande, sigue así, por eso están intentando a ver si se puede relacionar
mejor».
Entre las características familiares se
destacó la subcategoría compuesta por padres que provienen de culturas
diferentes a la de Argentina. Si bien en la muestra
de este trabajo esta característica atañe solo
al caso 1V, es un aspecto por un aspecto por considerar para futuras investigaciones y
réplicas de estudio. Al respecto,
la mamá de 1V refirió:
«Bueno, pero por más que él haya vivido
diez meses allá en Alemania, hay toda una cultura, una idiosincrasia cultural que se
hereda, que es diferente. En un momento pensé
que tal vez tiene
que ver con el tema de crecer con dos idiomas,
que eso resultara una comunicación más complicada y por eso fuera así tímido».
Al respecto
el padre de 1V explicó:
«Yo le hablo en gran parte
en alemán. Solamente le
hablo en español cuando no me entiende
o cuando estamos con otros niños, otra
gente; ahí hablo español para no distanciarnos tanto de los otros ¿viste?
Es un problema, cuando yo le hablo en
alemán y los otros niños nos escuchan es como que separamos
y eso no lo quiero».
También emergieron características
contextuales de la zona de
residencia, la cual hace referencia a la inseguridad del contexto en el que habitan los niños/ as, situación que origina y refuerza
escasos vínculos sociales por fuera de la familia. Al respecto, el
padre de 2B (varón de 4 años) mencionó: «No nos gusta
la calle, es peligrosa. Si bien trabajamos en la calle, yo convivo en la calle, no nos gusta la
calle para los chicos. Así que mis
hijos están más que nada dentro de mi casa».
Otra categoría que emergió fue la relacionada con el desarrollo
cognitivo y/o socioemocional de sus hijos/as. La mamá de 1V (varón de 4 años) explicó:
«Para
mí, le cuesta hacerse escuchar, no es un nene
que grite […] no lo dice muy fuerte, a veces se anima a decirlo, pero despacio. Y es peor
porque no lo escuchan y más se frustra». Tal descripción aludió
a la dificultad que presenta su hijo para interaccionar con sus pares porque tienden a comunicarse
con un tono de voz bajo y una
comunicación escueta, es importante
destacar que no fue diagnosticado con ninguna alteración del lenguaje.
Del mismo modo, la mamá de 1V mencionó que su hijo se aísla por temor al rechazo o
la evaluación negativa de sus pares y docentes:
«Yo creo [que] no dice nada o prefiere quedarse
solo porque le da miedo que la seño lo
rete y que los compañeros lo rechacen o no quieran jugar con él, por eso no se acerca o no les pide jugar».
La Tabla 2 permite visualizar el esquema de categorías emergente
(ver Tabla 2).
El segundo objetivo
específico consistió en conocer las estrategias de acción que los padres
implementan para los comportamientos de retraimiento social
que presentan sus hijos/as.
Al respecto, emergieron las siguientes categorías:
(1) estrategias parentales, entendidas como las estrategias que los padres implementan en el mantenimiento/desarrollo o amortiguación de las conductas de retraimiento social de sus
hijos/as. Las subcategorías que emergieron de esta estrategia fueron las siguientes: (1.1) ninguna estrategia,
los padres refieren no intervenir de ninguna manera
cuando sus hijos/as
presentan o les relatan situaciones
en las cuales se hayan
retraído de las interacciones con sus pares;
(1.2) estrategias de socialización, los padres definen tales estrategias como aquellas que tienen por finalidad modificar
o mitigar los comportamientos
problemáticos o no competentes socialmente y promover comportamientos sociales competentes en sus hijos/as como acompañar y/o guiar a
sus hijos/as en estrategias de diálogos
y anticipación de nuevos escenarios estresantes con sus pares, promover
habilidades sociales que permitan iniciar
la inclusión en juegos y actividades junto a otros niños/as, fomentar
actividades extraescolares, otorgar mayor autonomía
al niño/a; (1.3) estrategias compatibles con pautas de crianza de control excesivo y sobreprotección, entendidas como aquellas
estrategias que llevan a disminuir
la autoconfianza de los niños/as impidiendo que estos puedan
superar o enfrentar
su retraimiento social.
Se destacan pautas como
intervenir por el/la niño/a con sus
pares, aislarlo de las interacciones conflictivas, reforzar la permanencia cercana
de la figura parental, hipervigilancia y escaso contacto
con el mundo externo.
También
emergió una segunda categoría
denominada verbalización o comunicación a su hijo/
a.
Se diferencia de la categoría anterior, ya que en esta oportunidad los padres o las madres
no están en situación junto a su hijo/a, sino que son experiencias relatadas. Las subcategorías que
emergieron fueron las siguientes: (2.1) estrategia de evitación, los padres verbalizan al niño/a que evite o ignore
los pares con quienes
no puede interactuar o no lo dejan interactuar; (2.2) estrategias de búsqueda de figura
adulta, los padres indican al niño/a
que recurra a un adulto (padre,
docente) cuando desee interactuar con sus pares y no logre hacerlo.
Como se observa en la Tabla 3 algunos
padres y madres refirieron no implementar ninguna
estrategia para amortiguar,
disminuir o transformar los comportamientos de retraimiento social. Al respecto,
el papá de 3L (nena de 4 años) comentó:
«Si no dice algo o no quiere
hablar es porque no
lo cree necesario. Lo podría decir, no creo que tenga problemas para decir algo. Tal vez no
quiere decir, ella es así, por eso no le exigimos
qué decir».
En cuanto a las estrategias que los
padres y las madres implementan con sus hijos/as a fin de promover comportamientos sociales competentes se encuentran las estrategias de socialización. Se destacaron aquellas estrategias que permiten acompañar y/o
guiar a sus hijos/as en formas de diálogos
y anticipación de nuevos escenarios con sus pares. Al respecto, el
papá de IV (varón de 4 años) refirieron: «Primero, hay que sacarlo de la casa, porque ahí está su área de confort, en su
casa con la niñera ellos dos solos, tiene que salir a la plaza
y ver otros niño/as». En el caso de esta familia también se destacó la importancia de las
actividades extraescolares como
estrategia de socialización: «Al principio, no quería hacer nada ni ir a futbol ni básquet, entonces, bueno pensé que tal vez yoga le podía gustar y ahí se entusiasmó, tal vez un deporte no es para él». Otras de las estrategias de socialización tienen que ver con el aprendizaje de las habilidades
sociales (sobre todo para iniciar
las interacciones sociales con los pares).
Así, el papá de 2B (varón de 4 años) refiere
que cuando su hijo se retrae frente a una situación de interacción social, él le dice: «Decile hola, si ella lo que está haciendo
es saludarte. Decile hola, y fíjate
cómo todo cambia,
te sentís mejor».
Contrariamente a las estrategias de socialización, algunas madres y algunos padres relatan
estrategias compatibles con pautas de crianza de sobreprotección que conllevan a disminuir la autoconfianza de los niños/as y refuerzan o mantienen las
conductas de retraimiento social.
Así, el papá de B2 (varón de 4 años) comentó:
«Mi señora es leonina.
Ella es más bien protectora, ella es la que más nos ha encauzado a todos en esta burbuja
de no querer salir afuera
[sic], de estar entre nosotros. Mis hijos más grandes recién empezaron
a salir a los 15 años, imagínate todo lo que
[le] falta a 2B».
Se consideraron como medidas de rigor metodológico los criterios de credibilidad, confirmación y transferencia planteados por Guba y Lincol (1981), Hernández et al. (2014) y Castillo y Vásquez (2003).
Con respecto al criterio de credibilidad, se realizaron
chequeos cruzados, es decir, las codificaciones
del mismo material narrativo por dos investigadoras expertas en el desarrollo socioemocional infantil
a fin de comparar categorías y temas producidos por ambas de manera independiente. Ambas investigadoras (Dras. en Psicología) fueron jueces expertas en la temática.
Hubo un 95% de acuerdo en las categorías
que emergieron del discurso, aquellas categorías en las cuales no se logró acuerdo fueron
eliminadas del sistema
categorial.
El criterio de confirmación, también
llamado auditabilidad (Guba & Lincoln, 1981) hace referencia al registro y la documentación de los procedimientos llevado a cabo por el autor de la investigación para su futura replica (Castillo & Vásquez,
2003). Para tal fin se realizaron las descripciones del procedimiento, se mencionaron los criterios de selección de los participantes e instrumentos utilizados, se explicó el contexto y forma de
recolección de los datos y se consideraron las notas del diario de campo y la discusión de las narrativas junto a investigadores externos.
Finalmente, el criterio de transferencia hace referencia a la posibilidad de extender los resultados del
estudio a otras poblaciones. Al respecto, Castillo y Vásquez (2003) en su artículo sobre la
rigurosidad de los estudios cualitativos
destacan la importancia de describir
el procedimiento y contextualizar la investigación. Dichos aspectos han sido mencionados a lo largo del manuscrito.
A partir de los resultados descritos,
según los objetivos planteados
para este trabajo, se observó que las estrategias de acción implementadas por los padres y las madres
para promover comportamientos socialmente competentes o
mitigar comportamientos problemáticos o no competentes socialmente se sustentan en sus creencias. Estos
resultados van en línea con los
estudios de Bornstein et al. (2018) y Mills y Rubin (1990)
quienes refieren a las creencias parentales como procesos
cognitivos y afectivos que guían las
estrategias de acción que llevan a cabo los
padres y las madres.
Al respecto, las madres y los padres que refirieron atribuciones causales
internas estables (rasgos
temperamentales) como fuente del retraimiento social de sus hijo/as y percibieron menores
posibilidades de cambio de tales comportamientos y, por lo
tanto, mencionaron no realizar estrategias, ya sea para promover
una conducta socialmente competente o para mitigar
las manifestaciones de retraimiento social de sus hijos. En línea con lo
planteado, Liu et al. (2020)
refirieron que los padres y las madres de culturas occidentales tienden a creer que el comportamiento de timidez de sus hijos/as
tiene una base temperamental y
estable, por lo tanto, perciben en
sus hijos/as menores posibilidades de cambio de tales comportamientos y no implementan estrategias de acción
para modificarlos o mitigarlos.
Es interesante observar cómo los padres
y las madres que atribuyeron el
retraimiento social de sus hijos/as a rasgos temperamentales también reconocieron en ellos mismos tales
características. Estos
aspectos permiten pensar la impronta transgeneracional en el retraimiento social en la infancia,
lo cual podría ayudar a comprender tales conductas y abordarlas desde una perspectiva sistémica
familiar en pos de un desarrollo
socioemocional saludable
en las generaciones venideras. Asimismo, los análisis de las
entrevistas revelan que aquellos
padres y madres que refirieron como causas del comportamiento de retraimiento social
de sus hijos aspectos
internos estables, como los rasgos temperamentales, no mencionaron atribuciones internas transitorias como algún tipo de habilidad o destreza
aún no desarrollada que pudiera
estar incidiendo en las conductas retraídas de sus hijos/as.
Es
de destacar que el total de los padres y las
madres atribuyeron el comportamiento
de retraimiento social de sus hijos/as a causas externas,
entendiendo por estas cuestiones contextuales y familiares.
Así, los padres y las madres atribuyeron la conducta
retraída de sus hijos/as a la conformación de
una estructura familiar en su mayoría de adultos, ya sea porque su hijo/a es único/a o porque no hay en la familia extensa otros niños/as (como primos/as) con quienes vincularse. Al respecto, los
padres y las madres explicaron que
estas características estarían disminuyendo
las oportunidades o los escenarios de socialización
de sus hijos/as en el ámbito familiar. Tales resultados
van en línea con lo planteado por Liu et al. (2020) quienes mencionan entre las atribuciones externas la política de natalidad en China y las escasas posibilidades de socialización entre los
pares en el ámbito familiar.
Continuando con el análisis de las
características familiares, una de las familias
relató que se comunicaban
en el hogar con dos idiomas (inglés y alemán) y reconocían que tal forma
de comunicación dificultaba la socialización de su hijo/a. Si bien en este trabajo se presentó un solo caso con estas características
(1V), sería interesante, poder estudiar si
las prácticas bilingües inciden, ya sea de manera positiva o negativa en los procesos de socialización en la infancia y, por lo tanto, ser una de
las casusas del retraimiento social de los hijos/as.
En los resultados hallados emergió como atribución del comportamiento de
retraimiento social pautas de crianzas relacionadas con un tipo de familia sobreprotectora. Dichos resultados van en línea con
el
estudio realizado por Miller y colaboradores (2011) quienes
hallaron que el control psicológico y la sobreprotección por parte de los padres jugaban un rol central
en la asociación entre la timidez y las dificultades interpersonales entre pares. Las pautas de crianzas basadas en características
sobreprotectoras tienden a disminuir cada vez más la autoconfianza de los niños/as
impidiendo que puedan superar sus comportamientos de retraimiento social.
Sin embargo, otros padres y madres refirieron poner en marcha estrategias de socialización para modificar o mitigar los comportamientos de retraimiento social
de sus hijos/as y promover
conductas sociales competentes. Se destacaron: acompañar y/o
guiar a sus hijos/as en estrategias de diálogos y anticipación de nuevos escenarios con sus pares, enseñar habilidades
sociales para la comunicación, modelar conductas socialmente deseadas, fomentar actividades extraescolares, y otorgar mayor autonomía a los niño/ as. Tales resultados van en línea con el estudio de Liu et al. (2020).
En el relato de los padres y las madres
también aparecen estrategias que ellos verbalizan a sus hijos/
as sobre las conductas de retraimiento social. Al respecto, los padres y las madres mencionan estrategias caracterizadas por la evitación, es decir, los padres y las madres sugieren a sus
hijos/as retirarse de la situación en
las cuales no son escuchados/as o tenidos
en cuenta por sus pares.
Del mismo modo, les proponen a sus hijos/as recurrir a la autoridad (en este caso la docente) para mediar en la
relación con sus pares. Tales resultados van en línea con estudios
que han observado
que padres y madres tienden
a implementar estrategias más directivas para tratar de modificar
las conductas de retraimiento social, ya que tienden a sentirse preocupados y responsables por los comportamientos de retraimiento social
de sus hijos/ as (Rubin et al., 2009).
Otra categoría que emergió del discurso
de los padres y las madres fue la relacionada con el desarrollo cognitivo y/o socioemocional de sus hijos/as. Una de las variables del
desarrollo referida por los padres
y las madres fue el lenguaje. En este caso,
los padres de uno de los niños refirieron la dificultad que presentaba su hijo para interactuar con sus pares porque tendía
a comunicarse con un tono de voz bajo y con una comunicación escueta.
Dicho resultado va en
línea con las investigaciones existentes sobre la relación entre lenguaje y timidez en la infancia. La dificultad en la comunicación verbal es
mencionada como una característica
central que presentan los niños/as tímidos/as, ya sea para iniciar o para mantener una conversación, así como una
habilidad social necesaria e
imprescindible para vincularse a otro (Acosta,
2015; Coplan & Weeks, 2009; Spere et al., 2004). Es esperable, entonces,
que emergiera del discurso
de los padres y de las madres la asociación
entre el lenguaje y el comportamiento de retraimiento social
de sus hijos/as.
En cuanto a las variables
socioemocionales, los padres y las madres mencionaron el miedo que
sienten sus hijos/as de ser
rechazados/as o excluidos/as por sus pares y como consecuencia evitan las interacciones sociales, reforzando su comportamiento de retraimiento social.
Tal resultado va en línea con los hallazgos de Rubin et al. (2014) quienes señalaron que los niños/as retraídos socialmente generalmente se perciben inseguros/as,
con temor al rechazo y a la exclusión
con lo cual su autoconfianza
disminuye al igual que sus posibilidades de socialización, creando un círculo que retroalimenta el aislamiento y la frustración.
Es de relevancia el estudio de creencias parentales en la etapa preescolar en el
marco de la infancia temprana, ya que es considerada una etapa crítica
en el desarrollo humano (Papalia
et al., 2009) en la cual se sientan las bases de la confianza
básica, la seguridad y la capacidad de los niños/as
de hacer frente a sus entornos
sociales tanto presente como futuro
(Liu et al., 2020). Así, este trabajo contribuye al estudio del desarrollo socioemocional y su implicancia en la promoción de la salud mental infantil.
El presente estudio se torna
exploratorio siendo pioneros en indagar las creencias parentales en torno al retraimiento social infantil en
Argentina desde la perspectiva de los
padres y las madres. Una síntesis del análisis
realizado permite arribar a la formulación de lineamientos o hipótesis que
contribuyen a la comprensión y entendimiento de los comportamientos de retraimiento social en la edad preescolar en Argentina.
Tres categorías principales emergieron como causa del comportamiento de retraimiento social:
1) Atribuciones causales
internas
2) Atribuciones causales
externas
3) Atribuciones causales del desarrollo cognitivo y/o socioemocional
En cuanto a las estrategias de acción realizadas por los padres y las madres, ya
sea para promover un comportamiento socialmente competente en sus hijos/ as o para mitigar o transformar un comportamiento de retraimiento social, emergieron dos categorías:
1) Estrategias parentales implementadas por los padres
y las madres junto a sus hijos/as.
2) Estrategias que los padres y las madres verbalizan a su hijo/a.
Con respecto a las líneas futuras de
indagación, se invita a la réplica de estudios a fin de comprender y profundizar en una temática
tan poco explorada
en Argentina como es el
retraimiento social en la etapa preescolar a fin de contextualizar las manifestaciones del retraimiento social.
Asimismo, sería oportuno
en futuras investigaciones indagar por separado
las creencias de los padres y
de las madres y considerar la diferencia de género en cuanto a los/las hijos/as.
En cuanto a las limitaciones se destaca
el haber utilizado solo entrevistas enfocadas, ya que la predisposición
de participar de los/las entrevistados/ as y las características personales de los/las participantes pueden
incidir en la fluidez y contenido a indagar. Dicha limitación podría verse sorteada con la
incorporación de estudios observacionales en la temática de la crianza y el retraimiento social que permita triangular con los datos obtenidos
con las entrevistas.
Es recomendable que los padres, las
madres y/o adultos significativos
encargados del cuidado de los niños/as comprendan la importante función que tienen en el proceso de socialización y regulación emocional en la etapa preescolar. Se sugiere
trasmitir mensajes de calma y seguridad, ayudándoles a transitar
y comprender lo que les pasa, creando
espacios seguros y placenteros.
Es oportuno generar un clima familiar que propicie valentía y confianza, a
partir de un temple paciente, sensible, y amoroso que implique una comunicación fluida, sincera y abierta que sirva de
modelo para futuras interacciones
sociales del niño/a junto a sus pares.
Es propicio incentivar situaciones de
interacción social con sus pares que
no resulten abrumadoras para el niño/a acompañando tales procesos sin intervenciones
del orden de la sobreprotección y/o control.
Es recomendable trabajar con efectores
de salud infanto juvenil
en el marco de la promoción de salud mental infantil para trasmitir formas de
generar un desarrollo socioemocional
saludable que permita un proceso de
socialización y bienestar a través de un vínculo de apego seguro.
Se sugiere trabajar
con la comunidad educativa y familiar
a fin de promover una experiencia positiva y
saludable que posibilite el ingreso y adaptación a la escolaridad primaria.
El retraimiento social puede variar en
diferentes entornos según su función
y significado cultural, por lo tanto, las estrategias de intervención deberían
adecuarse a los contextos de referencia de los cuales los niños/as son parte. Conocer cómo los
padres y las madres creen, piensan
y sienten sobre sus hijos e hijas posibilita el diseño de intervenciones adecuadas a los contextos de referencias y propicia intervenciones respetuosas de las características individuales y contextuales.
En nuestro estudio
no existe ningún tipo de conflicto de interés.
En este estudio no se ha realizado
ningún tipo de experimento en seres
humanos ni en animales. Se consideró
el consentimiento informado por parte de los
padres/madres/responsables legales. Se tuvieron en cuenta los criterios éticos
para la investigación en seres humanos
y se respetaron los lineamientos de la Ley Nacional N° 26.061, 2005 de Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en Argentina emitida por el Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos
de la Nación (2014). Se les solicito el consentimiento informado para
grabar, desgrabar las entrevistas y ejemplificar con citas textuales, garantizando el anonimato.
CG, KNC y MSI: todas las autoras
participaron en la redacción y revisión del manuscrito.
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Recibido: 25 de marzo de 2022
Aceptado: 27 de setiembre de 2022
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