https://doi.org/10.24265/liberabit.2023.v29n1.659
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÒN
Factores cognitivos y actitudinales involucrados en el desempeño
en matemáticas en estudiantes de secundaria
Florencia Stelzer *,a,b
https://orcid.org/0000-0002-2082-8839
Yésica Aydmune a,b
https://orcid.org/0000-0002-0702-9653
Ana García-Coni
https://orcid.org/0000-0002-6304-7880
Santiago Vernucci
https://orcid.org/0000-0003-1595-3106
Isabel Introzzi a,b
https://orcid.org/0000-0002-0286-9637
a Instituto de
Psicología Básica, Aplicada y Tecnología, Universidad Nacional de
Mar del
Plata, Argentina
bConsejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas,
Argentina
Autor corresponsal
Para citar este artículo:
Stelzer, F., Aydmune, Y., García-Coni, A., Vernucci, S., & Introzzi, I. (2023). Factores cognitivos y actitudinales involucrados en el desempeño en matemáticas en estudiantes de
secundaria. Liberabit, 29(1), e659. https://doi.org/10.24265/liberabit.2023.v29n1.659
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Resumen
Antecedentes:
distintos autores indican que las actitudes
hacia las matemáticas, las funciones ejecutivas y el conocimiento matemático previo representan variables centrales
en el aprendizaje de esta asignatura; no obstante, no se dispone de evidencia respecto a su
contribución conjunta y relativa para
la predicción del desempeño en matemáticas en estudiantes de nivel secundario. Objetivo general: analizar la contribución de la competencia percibida, el gusto por las matemáticas, las funciones ejecutivas y el conocimiento previo en la
predicción del desempeño en
matemáticas en estudiantes de primer y segundo
año del nivel secundario. Método:
participaron 178 estudiantes de los
primeros años de secundaria (edad M = 13.4 años, DE = .32; 45.5% varones). Resultados: se halló
que el conjunto de variables explicó el 49% de la varianza en el desempeño en matemáticas, siendo la competencia percibida, el gusto por las
matemáticas y la memoria de trabajo predictores significativos. No se hallaron diferencias en la fuerza de la relación de la memoria
de trabajo con el desempeño en
matemáticas entre los años escolares analizados. Conclusiones: los aspectos actitudinales evaluados y la memoria de trabajo representan variables
de importancia para predecir el desempeño en matemáticas en el nivel secundario.
Palabras claves: desempeño
académico; funciones ejecutivas; actitudes hacia las matemáticas; adolescentes.
Abstract
Background: Different
authors indicate that attitudes towards
mathematics, executive functions, and prior mathematical knowledge represent central
variables in mathematics learning;
however, there is no evidence about
their joint and relative contribution to the prediction of mathematics performance in high school
students. Main goal: To analyze the contribution of perceived competence, mathematics enjoyment, executive functions, and prior knowledge in the prediction of mathematics
performance in first and
second-year high school students. Method: Participants were 178 students who were
enrolled in the first two years of high school (Mage = 13.4 years, SD =
.32;
45.5% boys). Results: The set of
variables explained 49% of the
variance in mathematics performance, with perceived competence, mathematics enjoyment, and working memory being significant predictors. No differences
were found in the strength of the relationship
between working memory and mathematics performance between the school years analyzed. Conclusions: The evaluated attitudinal aspects
and working memory represent
important variables to predict performance in
mathematics performance at the secondary
level.
Keywords:
academic achievement; executive functions; attitudes towards
math; adolescents.
El conocimiento y las habilidades en matemáticas son
esenciales para la inserción y el desenvolvimiento de las personas
en la sociedad actual. Estas competencias
facilitan desde la toma de decisiones en contextos
cotidianos, tales como calcular la conveniencia de adoptar un préstamo según los intereses, hasta el acceso
a estudios de nivel superior
y a empleos que representan un mayor nivel de ingresos
y bienestar (Gal et al., 2020; National
Mathematics Advisory Panel, 2008; Reyna et al., 2009; Rivera & Bernal, 2018; Wang et al., 2017).
Diferentes países reconocen la
importancia de este conocimiento y
otorgan un lugar central a su enseñanza; no obstante, un gran porcentaje de estudiantes no
logra las competencias básicas en matemáticas
necesarias para su participación plena en
la sociedad contemporánea. Los resultados de la evaluación PISA del 2018 indican que, en 24 países participantes, más del 50% de los
estudiantes no logran superar el
umbral mínimo de competencia en matemática
(Nivel 2) (Organization for Economic Cooperation and Development, 2019).
El aprendizaje de las matemáticas resulta un proceso complejo en el que intervienen
variables sociales (e. g.,
expectativas de los padres y docentes, estrategias
de enseñanza), ambientales (e. g.,
recursos pedagógicos disponibles), e individuales (e. g., capacidad cognitiva). Respecto a
estas últimas, existe consenso de que
el conocimiento matemático previo predice
el desempeño posterior (Duncan et al., 2007; Geary et al., 2021). Además, la
capacidad de funcionamiento ejecutivo
y las actitudes que los estudiantes
muestran hacia esta asignatura también han
sido reconocidas como variables individuales
centrales para su aprendizaje (Cragg & Gilmore, 2014; Eccles & Wang, 2016; Geary et
al., 2017, 2021; Lauermann et al.,
2017). Sin embargo, los estudios
que analizaron el valor conjunto
y particular de las mismas para la predicción del
desempeño en matemáticas son escasos y muestran importantes diferencias metodológicas, principalmente en el conjunto
de variables incluidas en los modelos explicativos, las características de los participantes (e. g., año escolar, sistema
educativo al que pertenecen) y el modo de análisis de los datos (e. g., Chen et al., 2018; Geary et al., 2020; Spinath et al., 2006;
Weber et al., 2013), lo que dificulta
reconocer su importancia para la predicción del desempeño en matemáticas.
Las funciones ejecutivas (FE) son un conjunto de procesos cognitivos que intervienen en el control
del pensamiento, la conducta
y las emociones en busca del logro de
metas. Diferentes autores coinciden en señalar
a la inhibición (IN), la memoria de trabajo (MT), y la flexibilidad cognitiva (FC) como los principales procesos ejecutivos (Diamond,
2013; Miyake et al., 2000;
Nigg, 2017). La IN refiere a la habilidad de suprimir tendencias prepotentes o automatizadas ligadas a emociones,
pensamientos, conductas o estímulos ambientales, que pueden interferir con el logro de metas
(Dempster, 1992; Diamond, 2013; Nigg,
2000). Por otro lado, la MT constituye un sistema de capacidad
limitada, responsable de la retención
y el procesamiento concurrente de la información en contextos con demanda de control atencional (Baddeley, 2012; Dehn, 2017; Engle, 2018; Hitch et al.,
2020). Por último, la FC es la capacidad
de alternar entre sistemas de reglas o representaciones
para la ejecución de conductas adecuadas
al contexto (Buttelmann & Karbach, 2017; Diamond, 2013).
En la literatura
se ha propuesto que la IN contribuiría al desempeño en matemáticas al suprimir la activación de resultados o estrategias
prepotentes que resulten
incorrectas (e. g., responder «6» a 3 x 3; establecer: «.05 > .005» al utilizar como estrategia para la comparación la cantidad de dígitos de cada número). Además, en problemas redactados, la IN
permitiría suprimir la información
irrelevante y focalizar la atención sobre
aquella relevante (e. g.,
en problemas con varias incógnitas, permitiría seleccionar la información relevante para resolver cada una) (Bull & Lee, 2014; Cragg & Gilmore,
2014). Respecto de la
MT, permitiría mantener activa la información durante la
resolución de problemas, así como el
procesamiento y la
recuperación de resultados parciales en cálculos mentales que involucran diferentes pasos (Bull & Lee; 2014; Peng et al., 2016; Raghubar et al.,
2010). Por último, se ha sugerido
que la FC contribuiría al desempeño en matemáticas permitiendo alternar entre estrategias de solución
(e. g., cálculo mental,
cálculo por aproximación, cálculo exacto a través de la ejecución de algoritmos) y modos de
representación de las numerosidades (e. g.,
½, la mitad, 50%) según
cuál resulte más apropiado (Bull & Lee, 2014; Cragg & Gilmore,
2014; Spiegel et al., 2021).
Si bien diferentes estudios coinciden respecto
de que la MT contribuye al desempeño y aprendizaje de las
matemáticas durante la escolaridad formal (Peng et al., 2016; Raghubar et
al., 2010; Zhang et al., 2023), se observan inconsistencias en la evidencia empírica respecto
del grado en que la IN y la FC explican los
logros en esta área (Bull & Lee, 2014; Cragg & Gilmore, 2014) cuando se controla el efecto simultáneo de la MT. Bull y Lee (2014) propusieron que cuando las tres FE son incluidas
en los modelos explicativos, la MT juega un rol dominante y subsume la influencia de la IN y FC en la predicción del
desempeño en matemáticas en escolares. Otros autores indicaron que el valor predictor de tales FE variaría según
el tipo de contenido
y/o habilidad matemática evaluada, el sistema educativo de los participantes o el año
escolar (e. g., Zhang et al., 2023, para revisiones y
metaanálisis consultar Friso-Van
den Bos et al., 2013; Peng et al., 2016; Raghubar et al., 2010). El estudio de metaanálisis
de Friso-Van den Bos et al. (2013), por ejemplo,
evidenció que (a) las tres FE presentan una
relación más fuerte con el desempeño en matemáticas cuando
se emplean pruebas
de matemáticas globales
en vez de tareas de competencias específicas (e. g., cálculo aritmético simple); (b) la relación de la FC con
el desempeño en matemáticas es más fuerte en los estudios con participantes en sistemas educativos de Europa respecto de aquellos con participantes de otras regiones (e. g., Estados Unidos, China, Brasil), y (c) la relación de la FC con el desempeño en matemáticas
resulta más débil a medida que los estudiantes presentan mayor edad. En un estudio
reciente de metaanálisis, Spiegel et al. (2021) también indicaron que el año escolar y el tipo de conocimiento de matemáticas evaluado influyen en la fuerza
de la relación de las FE con el desempeño en matemáticas en el
nivel preescolar y el nivel primario. Puntualmente, reportaron que (a) la MT y la FC
presentaban una relación más fuerte, respecto
de la IN, con el desempeño en problemas redactados de matemáticas al inicio de la escolaridad formal
(preescolar a 2.do año), pero no así en los últimos años del nivel primario
(3.ro a
6.to año); (b) la FC presentaba una relación más fuerte con el desempeño en problemas redactados que con el desempeño en cálculo, y estas diferencias en la fuerza de la relación se daban solo al
inicio de la escolaridad formal;
y (c) la MT mostraba una relación más fuerte, respecto de la FC, con la
capacidad de cálculo, y que estas
diferencias en la fuerza de la relación
se presentaban únicamente al inicio de la escolaridad formal (preescolar a 2.do año).
En síntesis, si bien se han propuesto
diferentes explicaciones teóricas
respecto de cómo las FE de IN, MT y FC contribuirían al desempeño en matemáticas, la evidencia empírica sugiere
que la relación de estas con el desempeño
en esta área varía a lo
largo de la escolaridad y según el tipo de contenido
o habilidad de matemática considerada. Ciertos
autores (Cragg & Gilmore, 2014; Geary et
al., 2008) propusieron que a medida que
los estudiantes avanzan en su escolaridad son capaces de recuperar de forma rápida y eficaz conocimientos matemáticos de la memoria a largo plazo (e. g., tablas de multiplicar, respuesta a
cálculos simples, representación de
fracciones de uso frecuente [1/4]), lo cual reduce la exigencia de las FE para la resolución de actividades que impliquen los mismos, e incrementa la importancia del conocimiento previo
para la explicación de los logros en matemáticas. A nuestro conocimiento, el valor predictor
conjunto y particular de la IN, MT y
FC sobre el desempeño general en
matemáticas de estudiantes
de los primeros años del nivel secundario, controlando el
efecto del conocimiento previo, no ha sido contrastado. Su estudio permitiría
identificar cuáles de tales variables
resultan más relevantes para la explicación
del desempeño en matemáticas en esta etapa escolar.
Las actitudes representan tendencias
evaluativas hacia una entidad y sus símbolos;
se construyen principalmente a través de la experiencia, y expresan el grado de valoración hacia estos (Di Martino & Zan, 2015; Eagly & Chaiken, 2005). En el
área de la educación matemática se
han propuesto diferentes componentes actitudinales, siendo aquellos que refieren
al gusto o al placer por las matemáticas y a
la competencia percibida, dos de los más estudiados. La dimensión gusto por
las matemáticas refiere al grado
en el que los estudiantes experimentan placer
o disfrute al aprender y realizar actividades que involucran a las
matemáticas (Adelson & McCoach, 2011; Aiken, 1974; Auzmendi,
1992; Hurtado, 2011; Tapia
& Marsh, 2004). Por otro lado, la dimensión competencia percibida,
también denominada como confianza para el aprendizaje o sentido de seguridad, refiere a la percepción de los
estudiantes sobre su competencia y capacidad de aprendizaje de las matemáticas (Adelson & McCoach, 2011;
Goldin et al., 2016; Tapia & Marsh,
2004). Esta dimensión engloba aspectos
que implican el autoconcepto («Soy bueno o malo en matemáticas») y la
autoeficacia («Soy capaz de ser bueno en matemáticas») (Skaalvik,
1997).
La importancia del gusto por las matemáticas y la competencia
percibida respecto de las FE para la predicción
del desempeño en matemáticas ha sido poco
estudiada, a la vez que la mayor parte de la
evidencia disponible proviene de estudiantes de nivel primario
y, de las FE, considera únicamente a la MT (Chen
et al., 2018;
Geary et al., 2020; Lu et al., 2011; Spinath
et al., 2006; Weber et al., 2013).
En general, las investigaciones muestran que la MT y las actitudes explican conjuntamente el desempeño
en matemáticas, y que el
aporte de estas últimas es menor
respecto del de la MT (Chen et al., 2018; Spinath et al., 2006;
Weber et al., 2013).
Las actitudes hacia las matemáticas
tienden a volverse negativas
a medida que los estudiantes avanzan en su escolaridad, por lo que su contribución particular para la predicción del desempeño en matemáticas variaría
de primaria a secundaria (Martin
et al., 2015; Wang & Eccles, 2012; Wigfield et al., 2006).
Por otra parte,
tal como se mencionó en el apartado anterior, la contribución
de las FE al desempeño y aprendizaje
de las matemáticas sería menor a
medida que los estudiantes avanzan en su escolaridad,
debido a que el conocimiento previo reduciría
la demanda de las FE para realizar ciertas operaciones
matemáticas (Cragg & Gilmore, 2014; Zhang
et al., 2023). Teniendo en cuenta lo anterior,
analizar el valor predictor conjunto y particular de las actitudes hacia las matemáticas y las FE
sobre el desempeño en matemáticas al inicio del nivel secundario,
controlando además el efecto del conocimiento
previo, reviste de interés. Su estudio permitiría orientar
las estrategias pedagógicas en torno a aquellas
variables que resulten de mayor relevancia para el aprendizaje de esta asignatura.
Este trabajo analiza la contribución
de la competencia percibida, el gusto por las matemáticas, las FE y el conocimiento previo sobre el desempeño en matemáticas en estudiantes que cursan
los dos primeros años del nivel secundario. Si bien diferentes modelos teóricos proponen que estas
variables son aspectos centrales para el aprendizaje
de las matemáticas (Eagly
& Chaiken, 2005; Geary et al., 2008; Rosenzweig et al., 2019), su importancia relativa en estudiantes de nivel secundario no ha sido contrastada.
Considerando la evidencia que muestra que el conocimiento previo
predice el aprendizaje de las matemáticas (e. g., Duncan et al., 2007;
Geary et al., 2008), se
evalúa la proporción de varianza en el desempeño
en matemáticas explicada
por las FE y las actitudes hacia las matemáticas controlando dicho conocimiento. Por último, se analiza si el valor
explicativo de las FE sobre el desempeño
en matemáticas varía entre estudiantes de 1.er y 2.do año del nivel secundario.
Se espera que el conocimiento previo sea la variable que más contribuya a la predicción del desempeño
en matemáticas, y que el aporte explicativo de las actitudes hacia las
matemáticas y la MT sea semejante, y mayor al de las restantes FE. Por
otra parte, se anticipa que las FE tendrán un
mayor valor explicativo en estudiantes de 1.er año respecto
de los de 2.do año.
Participaron de este estudio 178
estudiantes que cursaban 1.er
y 2.do año del nivel
secundario (edad M = 13.4 años, DE = .32;
41.9 % varones) en dos establecimientos
educativos de gestión privada de la ciudad
de Mar del Plata, Argentina. Los mismos fueron seleccionados por disponibilidad, siendo excluidos
del análisis de datos los alumnos repitentes y aquellos que presentaban diagnóstico de trastornos neurológicos,
psiquiátricos o psicológicos. La
muestra final quedó conformada por 160 estudiantes (1.er año: n =
91, 45.1% varones; 2.do año: n
= 69, 37.7% varones). El máximo
nivel de escolaridad alcanzado por el principal
proveedor económico en la familia del participante fue la siguiente: 5.1%
primaria; 14.1% secundario; 20.2% terciario; 42.4% universitario; 18.2% universitario con posgrado. El
tamaño de la muestra se estimó
mediante el software estadístico G*Power. En el procedimiento se seleccionó la prueba
de regresión a aplicar y se emplearon los siguientes
datos: probabilidad de error alfa = .05; potencia
= .80; siete predictores; tamaño del efecto medio = .2 Los resultados indican
que se requiere un mínimo de 78 casos para los análisis propuestos.
De este modo, se considera que el número de participantes en este trabajo
fue adecuado para responder a los objetivos planteados.
Funciones
ejecutivas. Se utilizaron las escalas de inhibición, memoria de trabajo y
flexibilidad del cuestionario BRIEF-2
Familia (Behavior Rating Inventory
of Executive Function; Gioia et al., 2017a, 2017b). Este instrumento constituye un cuestionario
cerrado de reporte familiar donde se indaga
la frecuencia con la que el niño/adolescente
manifiesta dificultades en el control del comportamiento
asociadas al funcionamiento ejecutivo. La escala Inhibición está
integrada por ocho ítems que
describen problemas para inhibir, resistir o reaccionar a un impulso,
así como la existencia
de dificultades para detener o frenar su propia conducta
en el momento oportuno (e. g.,
«Actúa
sin haber pensado antes»; «Es inquieto o inquieta»). La escala Memoria
de trabajo está compuesta
por 8 ítems que estiman dificultades para recordar y controlar la atención durante el procesamiento
de la información (e. g., «Le cuesta recordar
las cosas, incluso
durante unos pocos minutos»,
«Tiene problemas con tareas que requieren más de un paso»). La escala Flexibilidad
evalúa la presencia de problemas para
cambiar libremente de una situación,
actividad o aspecto de un problema a otro
si las circunstancias así lo requieren (e.
g., «Le cuesta pensar modos alternativos de resolver un problema»).
Las respuestas son codificadas en una escala
tipo Likert de tres opciones, nunca, a veces, frecuentemente; donde a mayor
puntuación representa mayores dificultades en el
funcionamiento ejecutivo.
Las escalas presentan evidencia de confiabilidad
(consistencia interna: a > .72; test- retest:
r = .81-.94 e interobservador: r = .30-.57) y validez de estructura
interna, convergente, discriminante y de diferencia de grupos
clínicos en muestras de niños
hispanohablantes de 5 a 18 años (Gioia
et al., 2017a, 2017b). La confiabilidad por consistencia
interna de las escalas en la muestra de este estudio
fueron las siguientes: Inhibición a = .76; Memoria de trabajo a = .81; Flexibilidad: a = .66.
Conocimiento matemático previo. Se administró el subtest de aritmética escrita de
la Prueba de Logro de Amplio Rango, WRAT-3 (Wilkinson, 1993) en
el que se presentan 40 problemas
aritméticos de complejidad creciente, que implican desde problemas de suma de números naturales de un dígito hasta ecuaciones
algebraicas. Los participantes disponen de 15 minutos para resolver
la mayor cantidad que les sea posible. Se considera
como indicador de desempeño el total de ejercicios
cuyo resultado final es correcto, con un máximo posible de 40 puntos. La confiabilidad interna en la muestra fue a = .79.
Desempeño escolar en matemáticas. Se administró una versión reducida
de la Escala de Desempeño
Académico, APRS (DuPaul et al., 1991)
a los profesores de matemáticas. La escala original está integrada
por 19 ítems y constituye un cuestionario cerrado de
opción múltiple que indaga la percepción del docente sobre el desempeño
académico general del estudiante.
La versión reducida considera
únicamente los 12 ítems que refieren
al desempeño percibido en matemáticas. Las respuestas
son codificadas en una escala tipo Likert de
5 opciones que oscila de nunca a muy a menudo (e. g., «¿Con
cuánta frecuencia este niño completa las tareas
de una manera descuidada y apresurada?») o de pobre a excelente (e. g., «¿Cómo es en términos
generales la calidad de
sus trabajos escolares?»). La confiabilidad por consistencia interna fue a = .93. Esta escala posee evidencias
de validez convergente en estudiantes del ciclo básico
del nivel secundario (Stelzer et al., 2021).
Actitudes hacia las matemáticas. Se administraron las subescalas de competencia percibida y gusto/motivación por las
matemáticas de la Escala de Actitudes hacia las Matemáticas (EAM; Stelzer et al., 2020). La primera subescala está integrada por siete ítems que estiman el autoconcepto que los estudiantes poseen como aprendices de matemáticas, incluyendo las creencias respecto de su desempeño en matemáticas y su capacidad de
aprendizaje de la misma (e. g., «Soy bueno resolviendo problemas
de matemáticas»; «Si me lo propongo puedo sacar buenas notas en matemáticas»). La subescala de gusto/ motivación está integrada por nueve ítems que consideran
el grado en el que los estudiantes manifiestan placer o disfrute al realizar
actividades matemáticas o destinadas
a su aprendizaje, así como la energización y orientación del comportamiento hacia este tipo de actividades (e. g., «Disfruto jugando juegos que tienen matemáticas», «Espero tener que utilizar poco
las matemáticas cuando termine la
escuela»). Las respuestas son
codificadas en una escala tipo Likert de cuatro opciones que oscila entre totalmente
parecido a mí (1) a totalmente distinto a mí (4), donde una
mayor puntuación refleja una
tendencia evaluativa desfavorable respecto a esa dimensión. La confiabilidad de las subescalas de competencia percibida y gusto/motivación por las
matemáticas resultó alta (o adecuada)
(a = .92 y a = .89, respectivamente). Ambas subescalas presentan
evidencia de validez predictiva en estudiantes del ciclo básico del nivel secundario (Stelzer et al., 2020).
Ficha
sanitaria. Constituye un cuestionario de reporte dirigido a los padres/tutores
donde se indaga la existencia de antecedentes de diagnóstico de trastornos neurológicos, psiquiátricos y/o psicológicos en su hijo/a. Adicionalmente,
se incluyó dentro de la ficha
una pregunta destinada a conocer el máximo nivel educativo alcanzado por el principal proveedor
económico de la familia.
En primer lugar, se informó a los directivos de dos instituciones educativas de
nivel secundario sobre el estudio y,
a través de estos, se invitó a los padres y alumnos de 1.er y
2.do año a participar. Para su inclusión
fue requerida la autorización de los padres,
o encargados, a través de la firma de un consentimiento informado y el asentimiento verbal de los estudiantes. El consentimiento se
acompañó de una hoja de información
que explicaba los objetivos de la investigación y las tareas a
realizar. El conocimiento
previo en matemáticas fue evaluado durante el primer trimestre
del ciclo lectivo
de forma grupal (subtest
aritmética WRAT-3).
La ficha sanitaria y el
cuestionario BRIEF-2 fueron enviados a los padres/tutores que habían autorizado
previamente a que los niños y niñas participaran de la investigación, a través del cuaderno de comunicaciones de las instituciones educativas y devueltos por el mismo medio, durante el
segundo trimestre del año lectivo.
Las actitudes hacia las matemáticas fueron medidas durante
el segundo trimestre
del ciclo lectivo,
de forma grupal,
dentro de los establecimientos educativos a los que asistían los participantes,
por operadores entrenados. La versión reducida
del cuestionario de desempeño académico (APRS) fue
administrada a los profesores de matemáticas al finalizar
el ciclo lectivo.
Para esto, se entregaron
las planillas de evaluación a los profesores y estos
completaron las mismas según su disponibilidad horaria,
en un lapso que no superó los 14 días corridos.
Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética del Programa Temático Interdisciplinario en Bioética dependiente de la Secretaría de Ciencia y Técnica del Rectorado de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP).
Con el propósito de conocer el valor
explicativo de las variables predictoras, se efectuó un análisis de regresión
jerárquica identificando: (a) la proporción
de varianza del desempeño en matemáticas que las FE y las actitudes hacia las matemáticas predicen más allá del conocimiento previo, y (b) el grado en que la
relación de las FE con el desempeño en matemática varía entre 1.er y 2.do año. Se incluyeron como predictoras aquellas
variables que mostraron
una correlación significativa
con el desempeño final en matemáticas. En el primer paso del modelo se incorporó el año escolar (1.er año = 1; 2.do año = 2) y el conocimiento matemático previo; en el segundo, se añadieron aquellas variables que mostraron una correlación significativa con el desempeño
en matemáticas y, con el fin
de contrastar si el valor explicativo de la MT sobre el desempeño
en matemáticas varía entre
estudiantes de 1.er y 2.do año, en el tercer paso se incluyó una variable creada para representar la interacción entre el año
escolar y la MT. Esta variable de interacción representa el producto entre la variable año escolar (1 = 1.er año; 2 = 2.do año) y las puntuaciones en MT (Warner, 2012).
En primer lugar, se analizó la
distribución de las puntuaciones en
cada una de las variables y sus relaciones. En la Tabla 1 se muestran los estadísticos descriptivos de las variables de estudio:
desempeño académico, conocimiento previo,
inhibición, memoria de trabajo,
flexibilidad cognitiva, gusto por las matemáticas y competencia percibida.
En la Tabla 2 se presentan las correlaciones bivariadas
entre las variables.
El desempeño académico en matemáticas mostró correlaciones significativas e inversas con los aspectos actitudinales evaluados, y con la MT.
El gráfico de distribución de los residuos
respecto de los pronósticos mostró que los mismos se distribuían
de forma uniforme. El análisis de los residuos mostró un error estándar
de .64 en el modelo que consideraba al año escolar y al conocimiento previo
como predictores, y un error de .50 en los modelos que además incluían a la MT,
las actitudes hacia las matemáticas y la interacción entre la MT y el año
escolar como variables predictivas. El gráfico de distribución de los residuos
mostró que se distribuían normalmente (Kolmogórov-Smirnov = .766, p =
.60).
El valor del estadístico
Dubin-Watson fue 1.97, lo que permite asumir que los residuos son
independientes (Field, 2017). Con respecto al supuesto de linealidad, los
gráficos de regresión parcial indicaron tendencias de asociación lineal y
positiva entre cada una de las variables predictivas y de respuesta. Finalmente,
el análisis de colinealidad de los predictores mostró valores de tolerancia
entre .57 y .97 con FVI entre 1.03 y 1.75. Si bien se hallaron algunos
autovalores cercanos a cero, los índices de condición fueron menores a 15 en la
mayor parte de estos. En síntesis, el modelo respeta los supuestos necesarios
para el análisis multivariado (Field, 2017). El modelo final indicó que el
conocimiento previo explica un 14% de la varianza en el desempeño en
matemáticas, F (2,86) = 6.76, p = .002. Las actitudes hacia las matemáticas y
la MT explican un 35% adicional, F (5,83) = 15.83, p < .001. En la Tabla 3
se muestran los coeficientes del modelo.
Este trabajo aporta evidencia respecto
de la influencia conjunta y relativa de las actitudes hacia las matemáticas y las FE para la predicción del desempeño
en esta asignatura en los primeros años del nivel secundario, controlando el efecto del conocimiento previo
y el año escolar. Los resultados muestran
que el conjunto de variables
explica el 49% de la varianza en el desempeño
en matemáticas, siendo el gusto por las matemáticas, la
competencia percibida y la MT
predictores significativos. Este hallazgo coincide con resultados previos en estudiantes
de nivel primario (Chen et al., 2018; Spinath
et al., 2006; Weber et al., 2013) y aporta evidencia
a favor de modelos teóricos que indican que dichas variables son relevantes para el
aprendizaje de esta asignatura en la niñez y la adolescencia
(Connell & Wellborn, 1991; Geary et al., 2008; Rosenzweig et al., 2019). Sin embargo, a
diferencia de lo observado en
estudiantes de primaria (Chen et al.,
2018; Spinath et al., 2006; Weber et al., 2013), los resultados en estudiantes de 1.ro y 2.do año indican que las actitudes hacia las matemáticas
presentan un valor predictor
semejante, e incluso
superior, al de la MT en la estimación del desempeño en matemáticas. Este hallazgo podría deberse a algunas características
que presentan los estudiantes al inicio del nivel secundario. Puntualmente, tras finalizar la educación primaria, los estudiantes comienzan
a ser más autónomos en la regulación de su proceso
de aprendizaje y, progresivamente, son más capaces de coordinar acciones con objetivos y de
reflexionar sobre su propio pensamiento (Paris & Paris,
2001).
Así, en esta
etapa escolar se espera que comiencen a
establecer por sí mismos metas académicas y regulen de manera más
eficiente su comportamiento para poder alcanzarlas (e. g., planificar el tiempo de estudio, monitorear su desempeño, administrar su esfuerzo, evaluar
sus habilidades de manera más objetiva) (Cassidy, 2011; Chung, 2000). Existe
evidencia de que los adolescentes que muestran una mayor
competencia percibida tienen más
posibilidades de controlar sus emociones y comportamientos, lo que a su vez contribuye a un mejor desempeño
académico (Pajares, 2008; Schunk & Ertmer, 2000;
Schunk & Zimmerman, 2007). Del
mismo modo, las actitudes favorables
pueden ser el resultado del aprendizaje autorregulado: cuando un alumno consigue completar una tarea, adquiere
mayor confianza en su capacidad
de aprendizaje y más entusiasmo por aprender cosas nuevas
(Collins, 2009). En síntesis, resulta
posible que los aspectos
actitudinales adquieran una importancia semejante a la que tiene la MT para la predicción del desempeño en matemáticas al inicio del nivel secundario, debido a que esta etapa
escolar es clave para el desarrollo de estrategias de aprendizaje autorregulado
(Chung, 2000; Paris & Newman,
1990); los estudiantes mejoran su conocimiento respecto de cuáles,
cuándo y cómo usarlas. Las actitudes afectan
este aprendizaje, a la vez que son afectadas por él. Futuras investigaciones deberán contrastar empíricamente estas hipótesis.
Por otro lado, contrario a lo previsto, las FE de FC e IN no mostraron una asociación con el
desempeño en matemáticas. La mayor
parte de los estudios que mostraron
relaciones de estos procesos ejecutivos con el desempeño en matemáticas fueron
realizados con estudiantes de nivel primario (e. g.,
Arán & Richaud, 2017; Bull & Scerif,
2001; Magalhães et al., 2020; para una revisión ver Bull & Lee, 2014; Spiegel et al., 2021; Yeniad
et al., 2013), por lo que resulta
posible que la FC
y la IN no resulten relevantes para la predicción del desempeño en matemáticas al inicio del nivel secundario. Existe consenso respecto
a que la contribución de las FE al desempeño
en matemáticas varía entre diferentes contenidos y habilidades matemáticas (Arán & Richaud, 2017;
Peng et al., 2016; Spiegel et al.,
2021), lo que ha sido explicado por el hecho de que distintas
competencias matemáticas, o su modo de enseñanza,
demandan diferencialmente los recursos de procesamiento cognitivo
para su aprendizaje (Cragg &
Gilmore, 2014; Geary et al.,
2008). Es posible que la relación no significativa
de la FC y la IN con el desempeño en matemáticas se deba al tipo de procesamiento cognitivo que exige el desarrollo de competencias matemáticas
al inicio del nivel secundario en el
sistema educativo argentino,
al modo de enseñanza de las mismas, o una combinación de ambos aspectos.
Futuras investigaciones podrían explorar esta hipótesis.
También
resulta posible que el modo de medición
de las FE en nuestro
estudio haya afectado
la apreciación de relaciones entre
éstas y el desempeño en matemáticas. En la literatura se ha
sugerido que, a diferencia de las pruebas
estandarizadas, los cuestionarios de autoinforme miden la
aplicación de las FE dentro de
ciertos contextos (e. g., escuela, hogar),
los cuales moderarían su manifestación (Mahone et al., 2002; McAuley et al.,
2010). Existe evidencia de que las escalas de FC e IN de la BRIEF-2 presentan una relación más débil
con el desempeño en matemáticas cuando
se utilizan las de reporte paterno, en comparación a las de
informe docente. No obstante, estas
diferencias según tipo de informante (padre-docente) no comprometen la relación de la MT con el desempeño en matemáticas (Pino
& Arán, 2021). Es factible que
las capacidades de IN y FC
difieran en su expresión entre el hogar y la
escuela, por lo que el uso de cuestionarios de
reporte paterno en nuestro estudio comprometería la apreciación de relaciones entre las mismas y el desempeño en matemáticas.
Por último, respecto al valor del
conocimiento previo, los resultados indicaron que por sí solo explica el 7% de la varianza del desempeño en
matemáticas reportado por las/los docentes.
Al incluir a la MT y las actitudes
hacia las matemáticas en el modelo explicativo, controlando además el
efecto del año escolar, este conjunto
de variables predice un 37% adicional
del desempeño matemático, y el conocimiento
previo deja de ser un predictor
significativo. Lo anterior sugiere que el conocimiento previo
reviste de menor importancia que la MT y las actitudes
hacia las matemáticas para la explicación del desempeño
en esta área al inicio del nivel secundario. Esto podría deberse a que las nociones
y habilidades matemáticas de tal etapa escolar demandan en mayor medida la retención y procesamiento simultáneo de información y actitudes favorables, qué conocimientos previos para su aprendizaje.
También es posible que los materiales pedagógicos y las estrategias que utilizan los docentes para la enseñanza
en esta etapa presenten una elevada demanda de MT, lo que afectaría la importancia particular de este proceso respecto del conocimiento previo (Alloway & Copello, 2013; Geary
et al., 2008). En síntesis, es posible que la
importancia particular de la MT y las actitudes para la predicción del desempeño en matemáticas al inicio del nivel secundario se origine (a) en la exigencia de procesamiento cognitivo de las competencias matemáticas
de esta etapa, (b) en el modo de enseñanza
de estas o, (c) en una combinación de ambos aspectos.
El proceso de enseñanza de las matemáticas no fue controlado en este trabajo,
por lo que futuras
investigaciones deberían
considerarlo.
Otra
posibilidad es que las diferencias en el modo de medición del conocimiento previo de
matemáticas, con prueba estandarizada, y del desempeño académico al final del año escolar, con informe
docente, hayan afectado el
establecimiento de relaciones entre el conocimiento previo y el aprendizaje de las matemáticas.
Respecto al conocimiento previo, la prueba
utilizada no estima nociones de geometría, estadística
y probabilidad; las cuales se encuentran dentro de los contenidos curriculares de matemáticas de 1.er y 2.do año del nivel secundario
(Ministerio de Educación, 2012a). Respecto a los informes docentes, si bien reflejan el desempeño general en
la totalidad de los contenidos curriculares de matemáticas; los docentes
suelen considerar el esfuerzo, la participación y las conductas de los estudiantes al
evaluar los resultados académicos, por lo que sus informes suelen representar una medida impura
de estos (e. g.,
Arens et al., 2017; McMillan
et al., 2002; Zimmermann et al., 2013). En síntesis, es posible que el modo de medición del conocimiento previo y el desempeño
final haya afectado la identificación de relaciones entre ambos. Lo anterior representa una limitación del estudio que futuras investigaciones deberían considerar.
Por último, la variable que representa la interacción entre la MT y el año escolar no constituyó un predictor significativo del desempeño en matemáticas. Lo anterior indica que la relación de la
MT con el desempeño en matemáticas no varía entre estudiantes de 1.er y 2.do año. Es posible
que la diferencia en la fuerza de la relación entre la MT y el desempeño en matemáticas se manifieste
en años escolares más distantes, donde la brecha en la complejidad de los contenidos sea mayor (Ministerio de Educación,
2012a, 2021b) y demande diferencialmente a la MT para su aprendizaje. Futuras
investigaciones podrían explorar
esta hipótesis.
Este estudio muestra que la MT, el gusto
por las matemáticas y la competencia
percibida predicen un amplio porcentaje del desempeño en matemáticas en los primeros
años del nivel secundario. La evaluación de estas variables
es relevante para predecir el desempeño
en matemáticas, y desarrollar estrategias que faciliten
el aprendizaje a aquellos estudiantes que muestren un desempeño menor. Si bien el
diseño utilizado no permite asumir
relaciones de causalidad entre las variables, el hecho de que los resultados, en general, coincidan y amplíen lo
indicado en la mayor parte de los estudios previos, invita a conjeturar que el desempeño
en matemáticas podría ser facilitado a través de la intervención sobre las actitudes y la MT. Respecto del gusto
hacia esta asignatura, existe
evidencia de que la utilización de materiales pedagógicos con contenido lúdico (e. g., juegos digitales educativos, juegos de mesa, etc.) tendría un impacto positivo sobre la motivación intrínseca hacia el aprendizaje de las matemáticas y el desempeño en esta área (e.
g., Rejeki et al., 2017; Tokac
et al., 2019). Asimismo, se
ha indicado que el establecimiento de metas académicas que resulten desafiantes, pero a su vez
factibles, así como el brindar retroalimentación específica e informativa sobre el desempeño, incrementarían el autoconcepto académico de
los estudiantes (Geary
et al., 2008; Stipek, 2002).
Por otra parte, considerando que la
relación de la MT con el desempeño
en matemáticas ha sido explicada
por el hecho de que este proceso
ofrece un espacio
mental de capacidad limitada para la retención y
procesamiento de la información, tener en cuenta los límites de este proceso y definir estrategias pedagógicas que permitan superarlos, podría también
facilitar el desempeño en matemáticas (Alloway & Copello, 2013; Geary et al., 2008). A este respecto, los contenidos de matemáticas que se
introducen en el nivel secundario se apoyan en los del nivel primario. El grado en que los estudiantes hayan consolidado y sean capaces de recuperar de forma automática ciertos conocimientos o procedimientos (e. g.,
tablas de multiplicar, conocimiento de las propiedades de las operaciones, conocimiento de algoritmos) afectará en qué medida los recursos de la MT podrían
verse sobredemandados en la
resolución de problemas (Imbo & Vandierendonck, 2007). Por ejemplo, para resolver la ecuación «(32 x 52)3 (3 x 5)2 x 5», el conocimiento de las propiedades de la potenciación
reduciría el número de operaciones
que los estudiantes deben computar
y la carga de procesamiento de información en la MT, lo cual facilitaría su
solución. Poner a disposición de los estudiantes materiales pedagógicos (e.
g., afiches con mapas mentales) que muestren de forma explícita la secuencia de pasos a seguir para la solución
de problemas, y fomentar el uso de estrategias de registro y organización de los resultados parciales, podría reducir las demandas de retención y procesamiento de la MT y contribuir positivamente a la comprensión de los contenidos de matemáticas. Es relevante destacar
que estas estrategias se fundan en las propuestas teóricas sobre el
mecanismo a través del cual la MT
contribuiría al aprendizaje de las matemáticas
(Fuchs et al., 2022; Geary et al., 2008), pero su efectividad para facilitar el aprendizaje en esta área no ha sido ampliamente contrastada
a través de diseños experimentales. Futuros trabajos deberán
abordar este aspecto.
Los autores del presente documento declaran bajo juramento no haber incurrido en
conflicto de interés de ninguna
índole entre las partes involucradas al realizar este artículo.
Los autores declaran haber
respetado lo establecido
por las normativas éticas que regulan el ejercicio
profesional. Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética del Programa Temático Interdisciplinario en Bioética dependiente de la Secretaría de Ciencia y Técnica del
Rectorado de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP).
Todos
los autores aportaron en todos los aspectos del trabajo.
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Recibido: 19 de diciembre de 2022
Aceptado: 26 de abril de 2023
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